De acuerdo con la ONG sobre derechos indígenas Kapé Kapé, en las últimas semanas, los habitantes de la comunidad indígena de Araguaimujo, ubicada en la parroquia Santos de Abelgas, en el estado Delta Amacuro, aseguran estar pasando hambre.
La comunidad, que cuenta con unos 1.500 habitantes, fue uno de los sectores devastados por la reciente crecida del rio Orinoco, que arrasó con sus conucos y demás enseres de sus residentes.
Señalan que en las últimas semanas se han desmayado tres niños y un adulto por no haber comido. “Estamos como perro sin dueño, como ratón en ferretería y como loro en el desierto; porque nadie nos escucha”; exclamó Mónico Campero, uno de los afectados por la escasez de alimentos.
Mientras llega la ayuda humanitaria que las instituciones públicas les han prometido por meses, estas 30 familias viven como gitanos en un albergue improvisado en la escuela de la comunidad.
Entre las promesas que no sobrevivieron después de la campaña electoral está la de la recién electa gobernadora, Lizeta Hernández, quien les aseguró que construiría viviendas dignas en tiempo record, y les surtiría comida cada quince días.
Esta comunidad no cuenta con planta potabilizadora de agua, la planta eléctrica no funciona desde hace dos años, y a semanas de que finalice el primer trimestre del año escolar 2017-2018, las clases aún no han comenzado por estar habitando el colegio como refugio.
Publicado por Correo del Caroní
21/11/2017