El secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos del estado Falcón (Sutpgef), Iván Freites, asegura que después de cinco años de la explosión en la refinería Amuay «alrededor de 80% de sus plantas tiene problemas».

A propósito de cumplirse cinco años de la explosión de la refinería de Amuay, Iván Freites, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos del estado Falcón (Sutpgef), alzó la voz para denunciar que las instalaciones petroleras en Paraguaná se encuentran cada vez más deterioradas.

Freites, quien aseguró haber sido despedido del Complejo Refinador Paraguaná en el 2013 por haber denunciado irregularidades, que, según explica, han sido a causa de fallas en Amuay, señaló que la situación de esta refinería continúa siendo preocupante y que alrededor del 80% de sus plantas tiene problemas.

“La falta de inversión, de mantenimiento y de una gerencia honesta y comprometida de verdad, es lo que ha perjudicado a Amuay. Prácticamente está toda parada y la han convertido en una recibidora de componentes de gasolina importados, son grandes pérdidas de cientos de millones de dólares”, expresó.

Lamentó que a cinco años de la tragedia, que dejó 43 muertos, de acuerdo a cifras oficiales, todavía no hay respuestas de algunos cuerpos desaparecidos, además dijo que varios de los trabajadores que quedaron afectados no han recibido la atención adecuada.

“Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) no ha asumido ni siquiera su responsabilidad con 19 personas que quedaron con alguna discapacidad, algunos sordos, otros con problemas de columna, de cadera, quemados. Ellos se encuentran en una lucha interminable y eso ha sido lo más lamentable de esta tragedia, las pérdidas humanas y la indolencia”, añadió.

Para Freites, “urge voltear la mirada hacia la industria petrolera”. Consideró que después de la explosión en Amuay la situación “es grave en cuanto a instalaciones, seguridad industrial y el desempeño de los trabajadores”.

“Se necesita buscar inversión y una mejor gerencia. Muchos profesionales han abandonado la industria y se requiere personal de calidad, al que se le otorgue un salario digno y que se elimine la política partidista dentro de PDVSA”, comentó.

Lamentó igualmente que las imputaciones recientes a gerentes petroleros por el caso de la explosión de Amuay, ejercidas por el Ministerio Público, ahora «queden en el aire» por la situación del cambio de fiscal general de la República.

«Pero eso es una muestra más que desmonta la versión de sabotaje que ha querido promover siempre el gobierno. Allí hay unos culpables y hay muchas pruebas de eso», sañaló.

Otros reclaman

Trabajadores activos también han denunciado las malas condiciones en las que se encuentran las instalaciones petroleras.

Hace poco en una protesta por retrasos de pagos a obreros de una contratista del Centro Refinador Paraguaná, uno de los trabajadores expresó, «comencé en la industria a los 18 años y ya tengo 49, no hay forma de comparar lo que era antes con lo que es ahora. Ahorita el dinero no alcanza nada, la inflación se comió todo. Hasta el tipo de trabajo que hacemos ha decaído porque no hay material, no hay repuestos, antes llegaban las cosas importadas y ahora los reemplazos son con cosas reparadas».

El diputado opositor a la Asamblea Nacional (AN) por Paraguaná, Luis Stefanelli, también se pronunció sobre Amuay. El año pasado presentó un informe interno de PDVSA para señalar que la tragedia fue producto de «impericia, inobservancia, pura dejadez y corrupción».

«Había un desfase de mantenimiento de 87%. De 45 paradas programadas que debían hacer en el 2011 sólo hicieron seis (…) Hubo déficit presupuestario, sólo se aprobó el 42% de la inversión que se requería», apuntaba Stefanelli, actual candidato a la Gobernación de Falcón.

También reclamó que a esta fecha hay 250 familias perjudicadas por lo sucedido en Amuay, esperando por asignación de viviendas.

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