La escasez de medicinas de cualquier tipo se ubicó en 85% en farmacias y centros de salud en el territorio nacional, pues solo son hallados uno y medio de cada 10 fármacos que puedan ser requeridos por algún paciente.
Entre los motivos de la ausencia de los medicamentos en los puntos de atención salubre se consideran el control cambiario riguroso de la moneda, debido a que la imposibilidad de conseguir divisas obliga a las empresas, que no tienen materia para producir, a rebuscarse en el mercado negro.
También se relacionan las imposiciones y regulaciones de Nicolás Maduro en los precios y cantidades de medicinas que son expedidas para cada venezolano. Un ejemplo de lo mencionado anteriormente en la venta de ocho pastillas de protector gástrico conocido como Omeprazol, que apenas alcanza el precio de dos centavos de dólar al cambio paralelo.
En 2014, el porcentaje de escasez aún no superaba 60%, pero al superar 80% en cuatro años, se evidenció el agravamiento en materia de insolvencia de remedios para los ciudadanos, lo que mantiene en vilo al gremio de salud desde hace años.
Los médicos han denunciado constantemente las limitaciones en atención a la salud, desde la falta de insumos para tratar a los ciudadanos hasta el cierre de sedes farmacéuticas para acceder a los medicamentos que requiere la población.
“Las víctimas directas del desastre son 140.000 enfermos de cáncer, más de 300.000 pacientes con dolencias cardiológicas, 300.000 enfermos crónicos, como Parkinson y hemofilia y 79.000 personas con Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Dejan de recibir tratamiento desde 2016 o lo reciben de forma intermitente, con todo lo que ello conlleva para el agravamiento de su salud”, destacó El Mundo como parte de las consecuencias de la crisis en el sector salud.
Con información de El Nacional