Soportar malos olores y nubes de insectos es sólo la punta de iceberg en comunidades que atraviesan brotes de aguas negras debido a colapsos de tuberías o reparaciones inconclusas. Y es que debido a la exposición frecuente a excrementos y aguas cloacales, los larenses deben lidiar con enfermedades de la piel, digestivas y respiratorias, que según advierten los médicos resulta peligrosa.
El equipo de LA PRENSA, visitó alrededor de seis comunidades entre el oeste y norte de Barquisimeto. En todas hay entre dos y tres cloacas desbordadas cuyos vecinos coinciden en que sufren de problemas estomacales y sarpullidos. En sectores como Barrio Unión, La Carucieña, El Jebe, La Ruezga y El Carmen, entre otros más, el agua de cloacas rueda como si fuese un río y cuyas solicitudes de reparación ante Hidrolara quedaron engavetadas.
En plena avenida 1 con calle 16 de Barrio Unión existe un brote de cloacas desde hace más de cinco meses, cuyo olor putrefacto se puede sentir desde lejos. Las aguas servidas recorren más de una cuadra y vecinos de la zona deben atravesarla caminando cuando requieren ir al otro lado de la calle. Víctor González, quien vive con su madre dice que ya no aguantan, no saben como sentarse a comer ni mucho menos como dormir porque el olor es insoportable.
A consecuencia de esta exposición le empezó una erupción con piquiña en el pie derecho, que con el pasar de los días fue subiendo hasta la pierna. Al principio pensaba que era los zancudos, pero el médico le diagnosticó una enfermedad bacteriana por la contaminación de las cloacas.
«Siento ardor en la pierna y la tengo roja» dijo González quien añadió que tiene que gastar mucho dinero en cremas y pomadas.
En La Carucieña, tienen más de ocho años con el desborde de las cloacas. La constante exposición y el contacto con el agua ha derivado en infecciones en la piel. Este problema lo vienen padeciendo tanto tiempo que ya están cansados de denunciar y no tener respuesta.
Contaminación
En el sector III de la Ruezga Norte y en El Jebe llevan años con un desborde de aguas negras, lo cual demás de los olores putrefactos, los afecta en la proliferación de animales como ratas y cucarachas que viven entre las cloacas pero de noche se meten a las viviendas.
«No solo causa enfermedades en los vecinos sino que además crea ratones» dijo Marinelis de Lara, quien vive en el sector El Jebe y tiene el desborde de las cloacas en todo el frente de su casa y su negocio y ya está cansada porque ya no puede tener la misma mercancía que antes por temor a que se contamine o que los ratones le acaben con todo y sea peor.
Cuando llega el agua en los sectores, el desborde de las cloacas se incrementa hasta el punto que parece un río que recorre las calles de aguas negras llenas de excremento, con un olor desagradable, muchos de ellos han tenido que acostumbrase, mientras que otros denuncian que no les provoca ni estar en sus casas y se tienen que ir a cocinar y pasar todo el día y hasta la noche en casas de familiares cercanos.
En Santa Isabel el colapso de cloacas es tan crítico que las tuberías colapsan y los excrementos se devuelven por los inodoros y bocas de visita e inundan los patios de las viviendas.
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Con información de La Prensa de Lara