Lo que hace seis meses atrás comprendía un menú de 120 gramos de proteico (pollo), 100 gramos de arroz o pasta, 60 gramos de ensalada cruda o 70 de ensalada cocida y una pieza de fruta, normalmente naranja o patilla; en el último mes del año 2017, los estudiantes de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) solo contaban con arroz con pequeños bocados de pollo, el resto de los complementos de la bandeja desapareció de las bandejas.
El Gobierno nacional que es el encargado de proveer anualmente el presupuesto para este servicio estudiantil, sin embargo, debido a la constante variación de precios de los alimentos, el presupuesto queda por debajo de los costos reales.
Para muchos alumnos, este comedor era la única garantía de saciar su hambre y cubrir con las necesidades nutritivas necesarias para su desempeño.
Aunque el Gobierno dispone del pollo o rara vez la carne, las concesionarias tenían que aliñar y procesar el proteico, comprar y procesar el resto de los complementos del menú, servir y pagar a las cocineras, por este servicio recibían sólo 4.500 bolívares por bandeja.
En enero, el viceministro para el Vivir Bien Estudiantil y la Comunidad del Conocimiento, Carlos León, incrementó el pago de 4.500 a 10.000 bolívares, monto muy por debajo de la estructura de costos presentada por las concesionarias de la UCLA, que requieren al menos 54.000 bolívares para la preparación de una bandeja balanceada.
Manuel Villavicencio, vicepresidente del Centro de Estudiantes de la UCLA, apuntó que su universidad presentó el cuarto presupuesto más alto, pero que la UNEFA, universidad del Estado, presentó la estructura todavía superior, requiriendo 83.000 bolívares por bandeja, mientras que otra universidad de Oriente manifestó requerir 32.000 bolívares por plato.
“Lo que pretende pagar el Gobierno no se adapta a la realidad del país, con eso no se puede comprar ni un pimentón, ni siquiera cubre el pago a las cocineras, tendremos que ingerir los alimentos crudos”. Hasta ahora ninguna concesionaria aceptó prestar el servicio por este monto y mientras tanto “los estudiantes estamos presentando exámenes sin nada en el estómago”.
Deserción escolar
Para una población estudiantil que de 20.000 estudiantes, hoy solo queda 7.000 en la UCLA. Algunos han preferido trabajar para sobrevivir ante la dura crisis económica, mientras que otros se han dedicado a hacer colas para lograr conseguir alimentos y otros abandonaron porque no tienen recursos para el transporte, ni libros, y otra parte se ha ido del país.
Con información de diario El Impulso
230/01/2018