Expertos consideran la medida como inconstitucional
Durante los últimos 18 años, en Venezuela se celebraron 16 consultas populares entre elecciones y referéndum, es decir, que el pueblo acudía a las urnas prácticamente una vez cada año. Sin embargo, esa “racha democrática” cesó de manera abrupta desde que el Psuv perdió los comicios parlamentarios del pasado 6 de diciembre de 2015.
A partir de ese momento y hasta la fecha, el Gobierno nacional ha puesto mil trabas a la consulta popular. Las elecciones regionales debieron celebrarse a finales de 2016 y hasta el momento el Poder Electoral sigue sin anunciar un cronograma, lo que constituye una violación a la Constitución, la cual establece que estos comicios deben celebrarse cada 4 años. Caso similar pasó con el Referendo Revocatorio el cual fue sacado de circulación con medidas cautelares en contra de la recolección del 1% de las firmas del padrón electoral.
La ausencia de elecciones en Venezuela es más evidente con las recientes designaciones a “dedo” de gobernadores. Luis Acuña, gobernador del estado Sucre, ha sido último en dejar su cargo al ser sustituido por el diputado Edwin Rojas. Previamente, Nelson Moreno tomó el mando por Aristóbulo Izturiz en Anzoátegui, Caryl Bertho sustituyó a Tarek El Aisaimi en Aragua, Zenaida Gallardo asumió el cargo de Adán Chávez en Barinas, Margaud Godoy reemplazó a Érika Farías en Cojedes y Reinaldo Castañeda relevó a Wilmar Castro Soteldo en Portuguesa.
Dicho escenario no se repetía en Venezuela desde 1989, cuando estos cargos públicos comenzaron a ser electos por el voto popular, lo que sin duda constituyó un avance en la descentralización gubernamental y en la expresión democrática.
Liliana Hernández, abogada, militante y colaboradora de la Mesa de la Unidad Democrática, considera que la designación a dedo de gobernadores es una maniobra política que se debe a la falta de liderazgo que tiene Nicolás Maduro en el gobierno, razón por la cual coloca “piezas” de su confianza en cargos claves.
“Maduro se los lleva porque no tiene recurso humano para ocupar cargos en el gobierno revolucionario y hará lo que sea para mantenerse gobernando. Esta acción es un irrespeto absoluto al pueblo que los eligió como gobernadores, porque cuando fueron electos firmaron un contrato para trabajar y representar a su entidad. Hasta que no se elija un nuevo gobernador no pueden dejar su cargo, a menos que renuncien o sean revocados a través de una consulta popular”.
Resalta que la movilización en la calle es la única manera en la que el pueblo puede exigir el cumplimiento del artículo 63 de la Carta Magna, la cual reza que “el sufragio es un derecho. Se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y secretas…”
“Lo importante es que el pueblo reivindique su derecho al voto. Los venezolanos debemos presionar para que haya elecciones. Si no presionamos, puede que este año no haya elecciones regionales y posiblemente que no haya presidenciales en 2018, si al gobierno se le antoja”, expresó.
A juicio de Jean Luis López, consultor jurídico del Gobierno de Miranda, abogado egresado de la Ucab, el cambio de gobernadores a dedo no es más que un plan de Nicolás Maduro para establecer un Estado centralista hegemónico, por lo que considera dicha acción como anticonstitucional y dictatorial.
“Ellos conducen al país hacia una centralización absoluta del Estado, porque les genera ruido la disidencia regional. La designación a dedo de gobernadores vulnera el artículo 160 de la Constitución, referente a la soberanía de los estados de elegir a sus gobernantes con su voto. Nuestra Carta Magna reza que Venezuela es un Estado Federal y descentralizado, y ante ello debemos defenderla”.
Fuente: Prensa Miranda / Javier Ramírez
Infografía : Marián Matos
Fecha: 14 de febrero de 2017