Cada vez llega menos. Los comercios de la región están desabastecidos de productos básicos como azúcar. Los despachos de los proveedores durante el primer semestre de 2016 cubrieron menos de 5% de la demanda, como consecuencia de una merma en la cosecha de caña, de importaciones insuficientes y de la paralización de los 11 centrales que están en manos del Ejecutivo.

Pero las fallas en el suministro de mercancía son reincidentes en la mayoría de los rubros de primera necesidad. Guillermo Manosalva, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia (CCV), alertó severas deficiencias en la distribución de artículos de la Canasta Alimentaria Normativa (CAN) como consecuencia de la improductividad del 65% de las líneas de las siete mil 500 empresas instalado en Carabobo.

Los inventarios de leche no han podido reponerse en más de 5%; los de café, té y similares en 10%; grasas y aceites, incluida la margarina en 25%; semillas y leguminosas en 35%, por la dependencia total de las compras en el exterior y el mermado poder de compra del Gobierno; carnes y subpreparados en 40%, por variables como alimentos importados de las reses y condiciones climáticas; cereales y derivados en 55%, por déficit en los insumos para la producción; pescados y mariscos en 60%; productos lácteos, como yogures y crema de leche en 65%, por no tener el precio regulado; raíces y tubérculos en 70%; quesos y huevos en 75%, por la estabilización paulatina de los precios; frutas en 80%, dependiendo de la temporada; y hortalizas en 90%.

Manosalva explica que establecimientos, como Mercal y Pedval, al menos en la zona metropolitana de Carabobo, se mantienen cerrados o vendiendo la poca mercancía que sus administradores logran adquirir. “Nosotros suponemos que todo tiene que ver con el nacimiento de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) a los que el Ejecutivo les dio el control de la distribución casa por casa de los alimentos”.

Aumento inflacionario

Los cálculos son fáciles de sacar, pero no de asumir. El presidente de la CCV indicó que el salario mínimo nacional debe ser de 200 dólares al mes, porque la mayor parte de los productos que no están regulados en sus precios están dolarizados.

Pero con la profunda crisis económica del país los sueldos no le ganarán la batalla a la inflación. Para que los salarios no distorsionen la política monetaria y las finanzas de la nación deben están soportados con la producción. “Hacer un aumento salarial en estos momentos es es contraproducente, se traduciría en un incremento de la inflación”.

FUENTE: EL CARABOBEÑO

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