El horizonte ya era sombrío antes del masivo corte de energía del 7 de marzo, con el bombeo en caída libre y la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en default y expulsada de los mercados financieros por sanciones estadounidenses.

Además, desde el 28 de abril ciudadanos y empresas norteamericanas tendrán prohibido negociar crudo venezolano, fuente de 96% de los ingresos del país con las mayores reservas del oro negro.

Aunque esas ventas están en franco declive, será una estocada en la estrategia de Estados Unidos para estrangular económicamente al gobierno de Nicolás Maduro, pues representan 75% del flujo de caja de Pdvsa.

Maduro sostiene que las sanciones de la Casa Blanca, con la que rompió relaciones diplomáticas en enero, le han costado a Venezuela unos 30.000 millones de dólares.

La reciente parálisis impactó con dureza a la debilitada industria. “No salió ni un barril durante los días de apagón (…). Esta situación es solo el inicio de un ciclo mayor de deterioro”, comentó el experto petrolero Luis Oliveros.

La producción de crudo de Venezuela volvió a caer en febrero pasado, ubicándose en poco más de un millón de barriles diarios, 142.000 menos que la media de enero, según fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Hace una década, las exportaciones alcanzaban 3,2 millones de barriles por día.

Tras los daños provocados por el apagón, el volumen podría descender hasta 500.000 barriles diarios este año, advirtió el economista Asdrúbal Oliveros -director de la consultora Ecoanalítica, citando un informe de Barclays, firma de servicios financieros basada Londres.

Pdvsa no ha presentado un balance del impacto de la falla eléctrica. Durante los cortes se limitó a anunciar que cumplía con el suministro interno de gasolina cuando largas filas se formaban en estaciones de servicio.

“¡No hemos detenido operaciones, ni se detendrán!”, aseguró la compañía.

Pozos en colapso

Reactivar las instalaciones petroleras paradas por el apagón no será sencillo, por lo que habrá secuelas a largo plazo, subraya Oliveros.

“En algunos casos los daños en los pozos son irreversibles y en otros hay que hacer una inversión muy fuerte para volver a ponerlos operativos. El impacto va a ser muy duro”, advierte.

El número de pozos activos venía experimentando un abrupto descenso, en medio de denuncias de falta de inversión en exploración y mantenimiento, y graves casos de corrupción.

Según la prestadora de servicios petroleros Baker Hughes, 26 plataformas funcionaban en el país caribeño a finales de febrero, frente a las 47 activas un año atrás. En febrero de 2014 eran 74.

Maduro denuncia que la masiva falla eléctrica se debió a “ciberataques” de Washington contra la neurálgica hidroeléctrica de Guri, en el estado Bolívar,que genera 80% de la energía del país.

Varios especialistas desestiman esa versión y piensan que los apagones, habituales durante la última década, continuarán afectando a todos los sectores económicos.

“La infraestructura del país va empeorando”, advirtió Oliveros.

Con información de El Estimulo

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