El secretario ejecutivo de Fetrasalud, Pablo Zambrano, destacó que, si bien es cierto que siempre se le pedía colaboración a los familiares, desde hace más de un año se ha alargado la cantidad de insumos médicos que una persona debe llevar para poder operarse en un hospital.

Crónica Uno

Caracas. A finales de 2019, el papá de Warren Marchan viajó a Barquisimeto, estado Lara, a pasar navidades con unos familiares. Tenía 69 años de edad, estaba muy delgado y tenía un cuadro depresivo. El 22 de diciembre se cayó. El golpe fue muy duro y tuvo una fractura de cadera. Consideraron que era muy complicado operarlo allá y comenzaron a buscar una ambulancia que pudiera trasladarlo de vuelta a Caracas.

Pasaron los días. Algunos amigos y familiares se movieron, pero la única manera que encontraron para movilizarlo fue comprando un pasaje de avión durante los primeros días de enero de 2020 y, en lo que llegaron a Caracas, Warren llevó su papá al hospital Dr. Jesús Yerena de Lídice, que era el más cercano a su casa.

Consiguieron la atención de los traumatólogos en el hospital de Lídice a través de un conocido de la madrina de Warren. Esta persona les decía que tenían “todo preparado” para el ingreso y posterior operación de su papá e, incluso, los ayudó con algunos exámenes preoperatorios de laboratorio y rayos X.

Justo antes de que se oficializara el ingreso médico, uno de los traumatólogos salió y le pidió a los familiares los materiales para la operación. Warren se sorprendió. El conocido, pese a que los había ayudado mucho, no les mencionó que sería necesario comprar una serie de insumos. Nunca pensaron que esa sería una “piedra de tranca” para que su papá tuviera acceso a la atención.

La Encuesta Nacional de Hospitales (ENH-2019), publicada a principios de 2020, hacía referencia a que la falla total de insumos como analgésicos, relajantes, materiales descartables y oxígeno estaba entre el 41 y 56 %. Solo en las salas de emergencia el desabastecimiento alcanzaba 49 %. Con respecto a los equipos, los servicios de rayos X estaban inoperativos en 58 %, mientras que 85 % de los tomógrafos y resonadores magnéticos estaban sin servicio.

Empezó el calvario. Se llevó a su papá de vuelta a la casa mientras conseguía todo lo que le pidieron. La lista estaba integrada por 21 insumos médicos que debía comprar en cualquier tienda —como jabón líquido y bolsas negras— hasta material más especializado en distribuidoras, como cepillos quirúrgicos y nylon de sutura.

La mayoría de los materiales que le pedían era en grandes cantidades. “Medio galón de betadine”, “tres paquetes de compresas” o “20 gasas estériles”. Sin embargo, el conocido le dijo a Warren que en el hospital había la prótesis que le iban a poner a su papá y, solo con eso, se estaba ahorrando casi 5000 dólares.

Me dijo que en el hospital había muchas cosas de las que me estaban pidiendo, pero lamentablemente piden la lista completa”, contó Warren.

Warren recurrió a su cuenta de Twitter para pedir ayuda. “Esta es la lista de insumos que nos están pidiendo para operación de mi papá, hospital de Lídice”, escribió en la publicación que alcanzó 145 retuits. Muchas personas colaboraron con insumos médicos y otros con dinero. Intentó gestionar una ayuda con la Vicepresidencia de la República, pero no tuvo éxito.

Mientras Warren y sus familiares trataban de conseguir todo el material, su papá seguía en casa, “tirado en una cama”, como él lo describió. Fueron dos meses de moverse por aquí y por allá para tratar de reunir todo. Incluso trató de gestionar la operación con el seguro médico de su trabajo, pero no lo logró.

En marzo, con la detección de los primeros casos de COVID-19 todo se dificultó más porque el hospital de Lídice entró a la lista de los 46 centros “centinela” en Caracas escogidos por el gobierno de Nicolás Maduro para la atención de contagiados, pese al déficit de material médico, insumos de bioseguridad, limpieza y desinfección de las áreas. Además, a partir del 16 de marzo comenzó la cuarentena radical en la ciudad y solo tenía permitido salir el personal esencial.

“Mi papá tenía un cuadro de salud difícil. Además de la depresión, el golpe, era mayor y diabético”, contó Warren y subrayó que era peligroso mantenerlo hospitalizado sin haber conseguido todos los materiales.

Así que el papá de Warren siguió en casa por casi un año, sin haberse podido operar. Y, en marzo de 2021, su estado de salud se deterioró mucho y falleció.

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Con información de Crónica Uno

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