Los pacientes insulinodependientes están en las manos de Dios. Desde hace aproximadamente dos meses los CDI y Barrio Adentro dejaron de recibir el medicamento que sirve para regular los niveles de azúcar en la sangre lo que ha dejado a más de 4 mil enfermos sin ningún tipo de tratamiento.
Isidro Parra, representante de pacientes crónicos en el estado Lara, explica que, desde que arrancó la cuarentena, los centros públicos dejaron de distribuir el medicamento. «Desde la Dirección de Salud no entregaban la insulina porque en las farmacias no hay y si se consigue aparece muy cara. La distribución se venía haciendo con normalidad, pero desde que arrancó esto del coronavirus las autoridades se olvidaron de los demás pacientes», dice.
Parra señala que, en las últimas ocho semanas, un grupo de enfermos ha ido hasta la Secretaría de Salud a buscar respuesta, pero nunca son atendidos por el doctor Cabrera. «Siempre salen otras personas a decir que él no está. Ya los pacientes estamos desesperados. Hasta en cuatro ocasiones hemos ido y nada que nos dan respuesta», decía.
Karina Carmona, médico internista, dice que un paciente insulinodependiente, no puede suspender su tratamiento, pues su calidad de vida desmejora. «Las personas se descompensan ante la falta de insulina. Es delicado que este tratamiento no llegue porque una persona con diabetes no controlada puede sufrir del corazón e incluso insuficiencia renal».
La especialista explica que hay dos tipos de insulina la de acción rápida y la lenta. Estas son suministradas de acuerdo a las necesidades del paciente y a la condición en la que se encuentre. Los dos tipos de insulina son distribuidos desde hace años por el Gobierno nacional, pues este fármaco es considerado de alto costo.
Con información de La Prensa de Lara