Ante la falta de trabajadores, Jesús Hernández, miembro de Metro Comunidad, comentó que a los directivos del Metro de Caracas no les quedó más remedio que movilizar personal de confianza, que son empleados de la empresa pero en otras áreas, como administración, para que recibiera un curso exprés en menos de un mes para aprender a operar los trenes.
Ya se cumplieron 63 días desde que el Metro de Caracas no abre 10 estaciones de todas sus líneas, y todavía no se sabe cuál es el motivo. Los usuarios que viven en los alrededores deben caminar hacia la estación más cercana para poder montarse. Las estaciones que sí funcionan están cerrando más temprano de lo establecido porque no asiste el personal del turno nocturno. Muchos empleados prefieren evitar arriesgarse al contagio de COVID-19 por un salario que no les alcanza para comer.
El sábado 6 de junio no abrieron diez estaciones: Pérez Bonalde, Caño Amarillo, Sabana Grande, Altamira y Los Cortijos (Línea 1); Artigas (Línea 2); Nuevo Circo y Bello Monte (Líneas 4 y 5); Los Símbolos y Mercado (Línea 3). “Solo dicen que es una orden y más nada”, sostuvo para Crónica.Uno un trabajador que prefirió mantenerse en el anonimato para esa fecha.
Luego de 63 días hay dos versiones, una oficial y otra extraoficial. El Metro de Caracas durante los primeros días y semanas aseguró que el cierre era por limpieza y desinfección de las estaciones para evitar la propagación de la COVID-19 en el sistema. No actualizaron la información. La otra, ofrecida por los miembros de Metro Comunidad, apunta a que no volvieron a abrir por el alto porcentaje de inasistencia del personal en esas estaciones.
El Metro de Caracas insistió el 27 de agosto en que la estación Altamira estaba muy limpia gracias a las labores de desinfección hechas por la clase obrera. En su cuenta de Twitter publicaron fotos de los espacios. Sin embargo, Metro Comunidad se cuestionó si eran necesarios 63 días de limpieza para hacer un trabajo que, anteriormente, los trabajadores hacían en el turno de la noche entre 11:00 p. m. y 5:00 a. m.
Es un hecho que entre el jueves 27 y el viernes 28 de agosto muchos empleados del Metro de Caracas no asistieron a sus puestos de trabajo. Jesús Hernández, miembro de Metro Comunidad, comentó que a los directivos de la compañía no les quedó más remedio que movilizar personal de confianza, que son trabajadores de la empresa pero en otras áreas, como administración, para que recibiera un curso exprés en menos de un mes para aprender a operar los trenes.
“En promedio, de 10 a 15 estaciones deberían cerrar a las 11:00 p. m., pero por la falta de personal están cerrando a las 9:00 p. m.”, agregó Hernández, y explicó que esto es una consecuencia del poco personal. Además, las estaciones también están abriendo tarde porque es responsabilidad justamente de los trabajadores del turno de la noche, y simplemente no están.
Las razones de los empleados del Metro de Caracas para no querer ir a trabajar abundan. Sin duda, la primera es el salario. El ingreso promedio de un trabajador activo del Metro de Caracas es de 1.916.331 bolívares, que, calculados a la tasa del Banco Central de Venezuela en 327.748,89 bolívares, son 5,90 dólares. Este monto incluye el bono de alimentación y el complemento de estabilidad económica.
En contraste, la canasta alimentaria para un grupo familiar calculada por el Cenda para julio tuvo un costo de 47.519.252,73 bolívares, o lo equivalente a 184,40 dólares. El ingreso mínimo de un trabajador del Metro de Caracas no alcanza ni para comprar alimentos para un día.
Los empleados del Metro de Caracas tampoco están contando con la entrega de las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Desde el 22 de julio no la reciben y siguen esperando respuesta.
Ni siquiera tienen ese incentivo para trabajar. Cuesta más un jabón para lavar el uniforme que lo que ganan”, exclamó Hernández.
Un trabajador solo genera 0,20 dólares por día de trabajo y la cobertura del HCM es de 150.000 bolívares, o 0,47 dólares. “El Banco Mundial determinó que si una persona gana dos dólares diarios se puede decir que está en pobreza. Entonces nos preguntamos cuál es el nivel de pobreza de un trabajador del Metro de Caracas”, cuestionó Hernández.
Ya en 2019 ocurrían tres renuncias diarias de trabajadores del Metro de Caracas. Solo en octubre se fueron casi 650, sumados al personal que se ausentó de su puesto de trabajo por las condiciones del servicio o que no fueron más nunca. En enero de 2020 se calculaba que la nómina activa no pasaba de las 5000 personas.
El segundo motivo para la ausencia de los trabajadores es la falta protocolos sanitarios en las instalaciones del sistema. La cantidad de personas que usan el Metro de Caracas ha aumentado significativamente las últimas semanas. En videos grabados por Metro Comunidad en momentos que no son la hora pico, hay muchos usuarios.
Ante esto, los trabajadores necesitan más protección, pero no tienen agua; no les dan tapabocas, gel antibacterial o guantes con regularidad. En los edificios administrativos ni siquiera hay lavamanos que funcionen. Hernández sostuvo que los trenes solo los están limpiando durante la noche y no se repite la desinfección en el día, como debería ser, porque por la poca oferta que hay de trenes no pueden dejar uno sin prestar servicio por un rato.
Las máquinas de lavado de carrocerías de los trenes ubicadas en el patio uno y dos tienen más de un año dañadas. Al personal le toca lavar con manguera y cepillo los trenes.
La COVID-19 es un riesgo para los trabajadores. En el Metro de Los Teques resultaron positivos para la prueba rápida 47 trabajadores que luego fueron aislados, según informó Metro Comunidad. Hernández explicó que no tienen información de si hay empleados del Metro de Caracas infectados porque, aunque dicen que están haciendo despistajes, no dan detalles de los resultados. No obstante, resaltó que en una oportunidad le hicieron test a un grupo y fueron aislados en un hotel de Plaza Venezuela.
No sabemos más, porque desde la administración y recursos humanos están vigilantes con la información”, resaltó.
Sin operadores y sin trenes
-En Línea 1: la oferta es de entre 10 y 12 trenes. El tiempo de espera puede superar los 25 minutos, pero eso determinará detalles tan pequeños como que un usuario impida cerrar una puerta a tiempo y cada tren, en la estación que esté, se atrase.
-En Línea 2: funcionan máximo seis trenes. El Metro de Caracas tomó la decisión de que los trenes del ramal Zoológico lleguen hasta El Silencio, y los trenes de Las Adjuntas lleguen a Zona Rental. Todo esto se hizo sin antes informar a los usuarios. Muchos preguntaron por las redes sociales porque no entendían el cambio.
“Si llevas a alguien a El Silencio y va hacia Chacao, entonces lo vas a tener que obligar a esperar un tren en Capitolio, una estación que es más pequeña que Plaza Venezuela”, explicó Hernández, e hizo énfasis en que se crea un embudo y en que cualquier decisión que se tome con la poca cantidad de trenes que hay no parece beneficiosa para el usuario.
-En Línea 3: tiene de tres a cinco trenes. En medio de la pandemia están recibiendo a los usuarios de Charallave y los Valles Del Tuy que usan el sistema Ferrocarriles del Estado (IFE). Casi todos los trenes tienen uno o dos vagones fuera de servicio, es decir, sus luces están apagadas y no abren las puertas.
Durante la pandemia, los accesos al Metro de Caracas siguen restringidos para los sectores priorizados que presentan un salvoconducto, o al menos en algunas estaciones lo cumplen. Los trabajadores que han faltado a sus puestos de trabajo han sido tildados de “saboteadores” por parte de los directivos.
Con información de Crónica Uno