La gran promesa de Nicolás Maduro durante la presentación de su memoria y cuenta el pasado 11 de enero, fue la de avanzar este año hacia una economía digital con el propósito de prescindir de los escasos billetes de bolívares que aún circulan en el país. En su anuncio autorizó a la banca poder abrir cuentas en monedas extranjeras, pero resaltó que los pagos o retiros debían hacerse en tarjeta de débito y en bolívares. Para economistas consultados, la medida resulta «fantasiosa», si se toma en cuenta que el país tiene la conectividad de internet más lenta del mundo, ocupando el puesto 175 de 176 países evaluados por un estudio del Speedtest Global Index, que mide la conectividad mundial.

El anuncio llega en un año en donde la banca está reducida a su mínima capacidad, asfixiada por una tasa de encaje legal que se ubica en 93% desde hace más de un año, impuesta por el BCV. Está situación le impide otorgar créditos a los empresarios y por lo tanto percibir su principal fuente de ingresos con el cobro de intereses. Según Fetrabanca, de 7000 agencias que había a nivel nacional, en 2020 tan sólo quedaban 3.134, el sector se ha reducido 45% en siete años.

«Venezuela no está preparada para digitalizar todas las operaciones financieras, no tenemos una banda ancha de internet que aguante el total de las operaciones. Es una ilusión vulgar la que plantea Maduro tratando de engañar a la gente. Sólo hay que fijarse en el sistema educativo universitario y el de los colegios, llevan un año empeñados en la educación online y ha sido imposible», expresó Edgar Urbaez, economista.

Para Jesús Casique, director de la firma Capital Market Finance, la digitalización de los medios de pago no se puede desarrollar si primero no se ataca el problema de fondo que es la hiperinflación. «Hay que destacar según la AN electa en 2015, el 2020 cerró con una hiperinflación en 3.713%. Venezuela tiene 38 meses consecutivos de hiperinflación y está a punto de superar a Grecia en la historia mundial que tuvo 44 meses de hiperinflación. Este año esa inflación podría cerrar en 1.220% aproximadamente, aun será sumamente alta», expresó.

Actualmente los bolívares en efectivo se usan únicamente para escasos pagos, como cancelar el pasaje del transporte público o el peaje para vehículos pequeños, por lo que el economista Luis Oliveros afirma que la «digitalización de la economía ya casi está completa». Según el BCV, el efectivo que circula en manos del público es el 2,5% del total de la liquidez monetaria, un mínimo histórico considerando que para que no haya escasez de billetes, debe haber entre 10 y 12% de efectivo del total del dinero que circula en manos del público.

«El tema es que a excepción del transporte público, el resto de la economía por hiperinflación se está moviendo en dólares y euros, así que digitalizar todos los pagos para que incluso la gente no utilice efectivo en divisa será complicado», expresó Alejandro Castro, gerente de Operaciones de Econométrica.

Indicó que los cambios implican que todos los comercios y empresas tengan puntos de ventas o acceso a pago móvil, que todo el país este bancarizado, hasta la población que vive en los lugares más reconditos. Que la banda ancha de internet sea mucho más amplia y rápida para la plataforma tecnológica que tiene el país o la misma plataforma bancaria, que resista en los días del mes que son picos para el comercio el poder recibir todo el flujo de transacciones sin colapsar. Es necesario que todos los ciudadanos cuenten con tarjetas de débito, y todos los mayores de edad cuenten con herramientas como celulares inteligentes de media gama para avanzar a operaciones de pago con código QR.

Los países que más han avanzado a una economía digital son Dinamarca, Suecia y Noruega, tienen 10 años intentando digitalizar todas sus operaciones, pero aún manejan efectivo. «Son economías que usan muy poco efectivo, casi todo lo hacen con tarjetas prepagadas, a través de una huella o utilizando los pagos con el celular. Son países sumamente estables y sin hiperinflación, que si no han logrado su digitalización total ha sido por la reticencia de la población mayor que le ha costado adaptarse a usar la tecnología, pero la meta es que en 2030 tengan la digitalización total», contó Castro. EEUU también avanza pero José Guerra economista, afirma que el 11% del dinero circulante sigue siendo en efectivo.

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