La humareda en el vertedero de Santa Eduviges y las columnas de gas tóxico que aún no han sido sofocadas crean serios problemas de salud en niños de sectores adyacentes como Santa Eduviges, Barrio Aeropuerto, Guaracarumbo y Zamora, entre otros, por afecciones respiratorias y conjuntivitis.

Los diputados a la Asamblea Nacional por el estado Vargas, Milagros Eulate y César Alonso, estuvieron en el lugar y constataron en las instalaciones el riesgo que representa la acumulación de basura sin el mantenimiento respectivo. “Estamos sobre una bomba de tiempo por no tomarse los correctivos de los gases que se acumulan en este lugar. Es responsabilidad del alcalde y el gobernador atender este vertedero que se ha convertido en un lugar de alto riesgo para los vecinos de las comunidades aledañas y el pueblo en general por la emanación de gases desde hace diez días”, advirtió Eulate.

Reiteró que es preocupante porque no se ha hecho el tratamiento adecuado de la basura: “Vamos a solicitar apoyo al Colegio de Ingenieros y a elaborar un informe sobre la violación de la normativa en este lugar para el tratamiento de residuos. Se entregará a Fiscalía por los daños colaterales que está causando en la población”.

“Esto es un problema de salud pública porque todos estamos afectados y no hay voluntad de las autoridades por atenderlo”, dijo el diputado Alonso.

Ayer en la mañana había una larga cola de camiones de basura que no podían descargar en el lugar debido al incendio. Una de las zonas a las que desvían los desechos es Carmen de Uria.

Desempleados que buscan ingresos

Por lo menos 80 personas acuden a diario al vertedero a buscar ingresos a través de la venta de plástico, cobre y latas. “Todos esperamos el día lunes porque llega la basura del fin de semana. Aquí se viene a buscar el sustento diario. Soy latonero y maquinista, pero estoy desempleado. Este es el lugar que me permite al menos cinco mil bolívares diarios para llevar a la familia”, expresó Luis Colmenares.

Richard Gil, que es cabillero y está desempleado al no haber obras por falta de cemento y cabillas, también acude a este lugar a obtener algo que vender.

Estos trabajadores indicaron que el kilo de plástico que recogen se lo compran en 20 bolívares y el metal en 300 bolívares.

“Mientras esto se esté quemando se hace difícil porque el incendio está hasta 10 metros de profundidad. No existen los tubos para que haya desahogo de los gases, lo que genera incendios permanentes de manera espontánea”, dijo Gil.

Fuente: El Nacional
Fecha: 26 de febrero de 2017

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