La crisis en el sector educativo en Venezuela se agudiza. La mayoría de las escuelas no solo presentan problemas de infraestructura y de servicios básicos, sino que los maestros aseguran no contar con un sueldo que les permita cubrir sus necesidades básicas.

Es por ello que, la Federación Venezolana de Maestros convocó a un paro nacional de 24 horas en todo el país. Orlando Alzuru, presidente de la federación, hizo el llamado cuando acudieron al Ministerio del Trabajo en Caracas para introducir un documento en el que exigen una serie de reivindicaciones salariales y laborales.

“El sueldo del trabajador tiene que estar acorde con la canasta básica familiar (…) el salario promedio de los educadores en Latinoamérica es de 650 dólares, estamos exigiendo que nos pague el equivalente en bolívares a 600 dólares (…) no es posible que estemos ganando menos de 2 dólares mensuales, es que estamos viviendo en pobreza extrema”, declaró Alzuru.

Al canto de «y suben la carne, y los maestros mueren de hambre», un grupo de docentes decidieron llevar el paro y su protesta precisamente hasta la sede del ministerio, en el centro de Caracas.

“Es imposible comprar un kilo de queso con el sueldo de un docente”, afirmó el profesor Manuel Suárez. Además de los problemas de infraestructura que presentan las instituciones educativas, resaltó que sus colegas o se van del país o se cambian a otra actividad económica.

De acuerdo con datos de la Coalición de Trabajadores Públicos por el Sector Educación, el paro fue acatado por el 90% de las instituciones en todo el país, afirmó Griselda Sánchez, coordinadora nacional.

Sánchez enfatizó el apoyo de los representantes y personal administrativos de los colegios al paro. “Tenemos es miedo de seguir viviendo con este salario precario. Este salario que no permite que un docente pueda ni siquiera comprar un cartón de huevo”, agregó.

Sobre el estado de las instituciones, Edith Artigas, otra docente de una escuela en el este de Caracas, resaltó se encuentran cada día más deterioradas

“Tiene los baños dañados. Tenemos un baño donde 600 estudiantes y más de 50 docentes con personal administrativo y obrero que hacemos vida en la institución tenemos que ir a un solo baño y tenemos que hacer cola para entrar al baño”.

La educadora, que gana poco más de 2 dólares mensuales, asegura que deben recurrir a la venta de caramelos para poder sobrevivir.

Con información de La Voz de América

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