El Observatorio de Conflictividad Laboral y Gestión Sindical de Inaesin registró 1348 conflictos laborales en Venezuela durante 2021. La mayoría de los reclamos provienen de parte de empleados del sector público, donde los salarios y las pensiones siguen siendo precarios.
Crónica Uno
La mayoría de los reclamos laborales en 2021 vinieron de parte de dos grupos: el de la salud y el de la educación y sobre todo del sector público, que paga los salarios más bajos. El Observatorio de Conflictividad Laboral y Gestión Sindical de Inaesin (Instituto de Altos Estudios Sindicales) registró 1348 conflictos laborales en Venezuela durante el año pasado.
La pandemia por la COVID-19 no ha frenado las movilizaciones por condiciones y salarios justos. El observatorio señala que más de estos 1000 conflictos en todo el país estuvieron protagonizados por trabajadores del sector salud, que representaron 30 %, mientras que le siguen los educadores con un 21 % de los reclamos.
Y es que docentes, enfermeras, médicos, petroleros, entre otros sectores, han tomado las calles una y otra vez para demandar mejoras salariales, pues los actuales solo los empujan a la informalidad o también a volver a trabajar luego de estar jubilados.
Kianeysy de 37 años, por ejemplo, trabaja como docente en un centro público. Para ella los sueldos no alcanzan y siente que su labor está pisoteada. “Ayer el sector cobró y ya hoy no tenemos ni medio en las cuentas. Los docentes no nos sentimos bien remunerados”, dice a Crónica.Uno. Además, agrega que si no fuera por los bonos de alimentación y transporte su situación sería peor.
La maestra debe tomar dos turnos para obtener ingresos adicionales. Uno en la mañana en un centro privado y otro en la tarde en una escuela pública, aún así señala que no es suficiente para vivir. Además de estos trabajos formales también hace transcripciones, investigaciones y da clases particulares a estudiantes de bachillerato.
Kianeysy tiene compañeras que se han dedicado a otros oficios, como vender torta en la calle o productos de limpieza, pues ambas tareas traen mejor paga. Los bajos salarios hacen que se le haga difícil imaginar un futuro en la educación. Lleva 12 años de ejercicio y aún le faltan 13, sin embargo, dice: “no creo que llegue a los 25, ahorita estoy buscando otras cosas”. Esta semana su quincena fue de 40 bolívares como docente II o lo que equivale a 8,7 dólares a la tasa del BCV de este 26 de enero.
La investigación de Inaesin divulgada este miércoles señala que la pandemia también ha afectado el desempeño de los docentes. “En primera instancia se les ha obligado a impartir clases no presenciales, pese a la deficiencia comunicacional en el país, por mucho, la peor conexión a internet del continente es la venezolana, mientras que en la segunda mitad del año reclamaron la imposición gubernamental de volver a clases presenciales, pese a la deteriorada infraestructura de planteles educativos, las pésimas condiciones laborales y la nula capacidad adquisitiva generada por los salarios”.
El Observatorio de Conflictividad Laboral y Gestión Sindical sostiene que muchos de los trabajadores del sector público se vieron obligados a dedicarse a otros oficios como el comercio, que le permitiera generar ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas de ellos y su familia.
Durante 2021 el Gobierno venezolano se mantuvo como el principal empleador del país. Esto no ha representado ninguna ventaja para los trabajadores; que el 89 % de los conflictos laborales ocurridos durante el año hayan sido protagonizados por trabajadores del sector público es una buena muestra de ello”.
Entre esas personas empleadas por el sector público también están los jubilados quienes han tenido que volver a trabajar por la precariedad de las pensiones. Coromoto Martins es una de ellas. Hoy docente jubilada de 60 años, apenas disfrutó de su retiro seis años, en ese tiempo se dedicó a cuidar de su madre y de sus hijos, pero luego en 2014, tuvo que ponerse a trabajar. Ahora da clases en una escuela.
“La pensión es para llorar, no alcanza para nada, si acaso para dos panes y una mantequilla», dice. Por eso empezó a trabajar de nuevo en 2014 y ya no ha parado. “Prácticamente solo estuve jubilada de 2008 a 2014”. Coromoto agrega que sería chévere que luego de trabajar -30 años o más- las personas pudieran retirarse y vivir de una pensión digna para viajar, emprender o dedicarse a otras cosas, pero en Venezuela ese sueño es lejano.
Causas que movieron a los trabajadores a reclamar públicamente:
En más de 36 % de los conflictos ocurrieron por reclamos salariales. Los ingresos resultan insuficientes para cubrir necesidades y las opciones son escasas. Muchos recurren al pluriempleo mientras que muchos otros han decidido emigrar.
20 % reclamos por condiciones de trabajo.
Hasta 17 % de los conflictos laborales del año 2021 ocurrieron en el estado Bolívar. Zona emblemática por las industrias básicas, donde en el pasado estos trabajadores eran quienes contaban con mejores contrataciones colectivas.
9 % de la conflictividad del año correspondió a trabajadores de las industrias básicas.
Mientras tanto algunos estados con la mayor cantidad de conflictos laborales en 2021 son: Distrito Capital 15 %, Anzoátegui y Lara 10 %, Carabobo 6 % y Falcón 5 %.
La investigación apunta que el Gobierno no puede garantizar los beneficios adecuados para la consideración de trabajo decente y que probablemente “haber tenido que asumirse como principal empleador sea una terrible consecuencia del incesante agobio y medidas opresivas hacia el sector privado durante los últimos años, que han limitado a este último hasta el punto de casi desaparecer”.
Con información de Crónica Uno