Las muertes relacionadas al cáncer se han convertido en un tema tabú para las autoridades en el estado Lara. En el pasado quedaron los días en los que la entidad llevaba cifras de mortalidad de forma trimestral, pues en estos momentos hay una postura silente que no permite ni siquiera a los médicos saber cuántos enfermos oncológicos mueren en el estado.

Según explican los médicos consultados por, en estos momentos para saber si un paciente muere, es necesario llamar a los familiares, pues no hay una base de datos que indique los niveles de morbilidad y mortalidad. «Uno nota que algo raro pasó cuando el paciente pasa dos o tres semanas sin ir a consulta. Es allí cuando decidimos llamar a algún contacto para que nos digan qué pasó», explican fuentes ligadas al Servicio Autónomo de Oncología (SAO).

Castro, exjefa del Servicio de Radioterapia del SAO, comenta que esto no es algo nuevo, pues desde el 2017 no se entregan boletines epidemiológicos ni se sacan estadísticas de atención de pacientes. «El servicio estuvo parado durante dos años. Aquí no se sabe cuántos pacientes con cáncer mueren», denuncia la especialista.

Tan grande es la postura silente de las autoridades en el estado que ni siquiera las organizaciones no gubernamentales llevan estadísticas de cuántos enfermos han muerto por la falta de tratamiento. César Ribas, coordinador del grupo Lara Entera por la Salud, comenta que los indicativos de morbilidad en la región fueron llevados hasta el mes de marzo. Para ese momento se contabilizaban 25 muertes, cifra alarmante pues se relacionaba con un deceso cada 4 días.

René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara, ha denunciado en reiteradas ocasiones este problema y exige a las autoridades regionales que entreguen boletines epidemiológicos, pues asegura que el silencio no oculta la crisis. «No sabemos cuántos se enferman ni cuántos mueren», sentencia.

Con información de La Prensa de Lara.

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