Un verdadero caos y vecinos atemorizados es lo que se vive en los municipios larenses Iribarren y Palavecino cada vez que se registran fuertes precipitaciones, pues los niveles de quebradas y cauces crecen y se generan inundaciones debido a la falta de mantenimiento de drenajes y alcantarillas que no permiten el flujo del agua.

El problema de los desagües sucios comienza en la conciencia ciudadana, pues los habitantes no toman previsiones en el depósito de la basura y al lanzarla a la calle taponean las salidas del agua. Sin embargo, el nulo mantenimiento de los mismos por parte de las autoridades municipales impide el correcto flujo del agua.

El ingeniero Julio Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros de Lara, aseguró que las inundaciones que se han visto en los últimos días son producto de la falta de mantenimiento, aplicación de un plan rector de drenaje, fallas en la recolección de basura y la falta de conciencia de los ciudadanos debido a que depositan desechos en las quebradas.

En el caso del municipio Palavecino, el cual es uno de los más afectados cuando llueve, detalla que el agua que viene de las microcuencas desde el cerro Terepaima en zonas donde se empozaba y se movilizaba hasta llegar al acuífero del Río Turbio, es un proceso que no se está cumpliendo debido a la sobrepoblación, material de concreto y asfalto sobre el terreno, y además que al momento de estas construcciones no se hicieron los sumideros de rejilla y de ventana para bajar el nivel de agua que corre en las calles.

«Palavecino tiene una característica muy particular y es que está en un punto bajo en comparación de Barquisimeto, ya que está en la ribera del Río Turbio y en la parte sur se encuentra el cerro Terepaima, donde hay microcuencas, las cuales cuando hay época de lluvia captan toda el agua y la van bajando hacia el Río Turbio», dice Gutiérrez.

«Uno debe garantizar un ancho de inundación efectivo, el cual es desde el brocal de la acera a 1 metro máximo 1.10 m, que es lo que establece la norma», comenta, resaltando que este ancho de inundación permite que los vehículos puedan circular sin inconvenientes por las avenidas.

El ingeniero Manuel Cols, exdirector general de la Alcaldía de Palavecino, aseguró que en el municipio desde 2007 durante la gestión de Aura Rivero se realizó un estudio llamado Plan de Drenaje por el ingeniero César Albahaca, donde se ubican las quebradas, bucos y además se plantean soluciones para el caos al que se enfrenta el municipio cuando llueve.

«Es lamentable que poco se ha utilizado este plan, este lo tienen los archivos de la alcaldía, asimismo, el servicio de recolección de basura está en un estado crítico y esto ha propiciado que la gente tire desechos en las calles y también ha hecho que quebradas se conviertan en un depósito de basura, como la alcaldía no vela porque esto esté limpio hace que se produzcan grandes desbordamientos, como se ven en El Palmar y Santa Cecilia», dice Cols.

Asimismo, destaca que hay lugares donde los grandes caudales de agua les quedaron muy pequeños a los canales, como es el caso de Altamira y Valle Hondo que son comunidades adyacentes a la quebrada Tabure.

Los especialistas destacan que el Plan de Rector de Drenaje es una solución para la gravedad de la situación a la que se enfrenta el municipio, ya que el mismo plantea crear en el cerro Terepaima dos sitios de presa para control de crecientes, los que evitaría que el agua baje con fuerza por las pendientes.

«Para evitar las grandes acumulaciones se tendrían las presas para control de crecientes para quebradas Tabure, La Mata, El Tomo, Agua Salada y Cambural que son las que tienen el curso de agua más grande, el agua que cae en la montaña se acumularía en ellas y estas tendrían conductos de salida e iría saliendo de a poquito, el objetivo es que la creciente se quede arriba y vaya bajando poco a poco para que no cause estragos en la parte baja», comenta.

Destaca que para la aplicación del Plan Rector de Drenaje deben existir los recursos, los cuales deben ser gestionados desde la alcaldía ante la gobernación, e incluso ante Gobierno nacional, ya que la obra se debe hacer progresivamente por etapas y en época de verano.

«Debe haber un personal técnico que pueda revisar el plan y hacer la gestión a través del Gobierno nacional para los recursos, este se debe construir en los semestres de verano y por etapas, debe comenzar de las lagunas y en paralelo seguir bajando con la construcción de los sumideros de rejilla y de ventana», destacó Gutiérrez, asegurando que una de estas lagunas se ubicarían en el sector La Uva, en Agua Viva, que conecta con la quebrada Tabure que lleva el mayor caudal del agua para que no afecte a urbanizaciones como Divina Pastora y Santa Cecilia.

Asimismo, el ingeniero Cols agrega que otro de los factores que afecta a Palavecino, además de las deficiencias en la recolección de basura, es que dentro de la alcaldía no hay un ente rector que se ocupe de la limpieza de quebradas y bucos.

«Dentro de la alcaldía se necesita aunque sea una instancia pequeña, pero de alto nivel técnico que haga un seguimiento permanente, tomando como referencia el estudio del PDUL», finaliza.

A menor escala
En el caso de Iribarren, el ingeniero Gutiérrez destaca que también se ven afectaciones, pero a menor escala porque el municipio se encuentra en una meseta y además no recibe agua de microcuencas; sin embargo, necesita de un Plan Rector de Drenajes.

«No hay un proyecto, nosotros en un momento nos reunimos cuando hubo las inundaciones en Santo Domingo y todo el sur se inundara porque está cerca a la Ribereña, la cual tiene sus descargas de aguas de lluvia hacia abajo donde están los barrios, desde el Colegio de Ingenieros se le hizo un exhorto al alcalde Luis Jonás Reyes en 2017 cuando estaba recién electo, pero quedó sólo en reuniones», dice.

Igualmente, hizo un llamado desde el Colegio de Ingenieros al alcalde a que reactive la comisión que tenía para que elabore un plan de rector de drenaje en el municipio para que tenga una mejor captación de las aguas de lluvia.

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