Cifras de Ecoanalítica revelan que el poder de compra del salario en el primer trimestre de 2017 cayó 42,6%, ante una inflación acumulada hasta junio 2017 de 196,4% y, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), los niveles de escasez rondan 29,3%.
En un reciente informe, la consultora local explica que debido a que la inestabilidad e incertidumbre imperan en la determinación del tipo de cambio, los ajustes de precios a consumidores son consecutivos y cada vez más bruscos.
“En escenarios hiperinflacionarios (o cuasi), las empresas, ante la necesidad de realizar ajustes reiterados de precios, optan por indexarlos a monedas extranjeras. Una dolarización tácita es una respuesta común en este tipo de economías. En este punto, los consumidores enfrentan precios más altos, lo que constituye un añadido a su ya precaria condición”.
Resalta como consecuencia que las opciones de consumo disminuyen al igual que la capacidad de ahorro, la inflación se concentra en los rubros de primera necesidad, por lo cual prescindir de ellos resulta casi imposible, y la solución obvia, como lo son los incrementos de salario, genera aún mayores aumentos de precios por un proceso de ajuste en las estructuras de costos.
Destaca que este panorama ha obligado a la población a reformar sus estructuras de consumo, cada vez con mayor rapidez, para de esa forma enfrentar la convulsionada economía venezolana.
“En Ecoanalítica estimamos que la contracción del consumo fue 15% en 2016 y proyectamos que para 2017 sea 15,4%. Estas disminuciones responden principalmente a la contracción de la oferta agregada y al deterioro del poder de compra. La compensación salarial no ha logrado su cometido, los incrementos van a un ritmo más lento que los precios, quedando rezagados frente a la inflación”, indica el reporte.
La consultora también prevé una contracción continuada del ingreso per cápita y de los salarios reales de 10,4% y 42%, respectivamente.
Fuente: El Estímulo
Fecha: 14 de agosto de 2017