Todos los productos, alimentos y servicios pueden ser pagados en pesos colombianos, no sólo en la capital del Táchira sino en todos los municipios. Esta ha sido la alternativa que consideraron los comerciantes para garantizar que pese a los apagones y fallas en los puntos de venta, pueden seguir trabajando con un poco de normalidad.
La equivalencia del peso y el bolívar es de 1 a 1, es decir que un bolívar es un peso colombiano, sin embargo hay quienes aceptan el peso a 0,80. La realidad de ello es que negocios de venta de comida han logrado sobrevivir al caos eléctrico al aceptar la moneda extranjera que es común en la zona de frontera por la cercanía a Colombia.
Sin embargo, no son únicamente los sitios de comida quienes aceptan los pesos colombianos, pues en los grandes supermercados han optado por aplicar la misma práctica, esto ante la falla de conexiones con los puntos de venta y la escasez de efectivo. De igual manera en las ventas de artículos de limpieza también se presentó la misma situación. Incluso, médicos que pasaron consulta hicieron lo mismo, pues los pacientes preferían pagar en pesos y garantizar sus revisiones que perder las citas por no poder realizar las transferencias bancarias.
En este sentido, aunque hay quienes bajan sus santamarías por no tener planta eléctrica o por no vender productos que son considerados como prioritarios en los apagones, ha sido el peso colombiano el que ha salvado a los comerciantes y emprendedores tachirenses en la oscuridad.
Hay localidades en la zona sur, la zona norte y la frontera donde el uso del peso colombiano es cotidiano porque los ciudadanos no logran acceder al efectivo y en muchas oportunidades aunque tienen luz, fallan las comunicaciones con las que realizan los pagos electrónicos.
Con información de El Pitazo