Para mantener a su familia, una directora jubilada, Elizabeth Cameo, es vendedora en un mercado de los corotos, porque no puede depender de los 4.230 bolívares soberanos quincenal por su jubilación.

“Como no han revisado las tablas estamos ganando menos que un obrero, a quien no denigramos su trabajo, pero nosotros nos graduamos y dimos mucho para que ustedes se volvieran profesionales”, declaró mientras sostenía un cartel.

Además de no poder comprar sus medicinas para la hipertensión, Cameo tampoco puede ayudar a su esposo, paciente de Parkinson y debe trabajar aun siendo jubilada de 29 años de servicio en educación primaria. Entre otros temas familiares, también de costear los tratamientos de su nieto pequeño, quien sufrió recientemente un derrame cerebral.

En lugar de celebrar en su día los profesores se unen en una manifestación ante el descontento por las medidas económicas de la imposición del aumento salarial por Bs S 18.000 mensuales que, según la coordinadora de la UDSE, Raquel Figueroa, “han empobrecido el salario”.

“El salario del trabajador está completamente pulverizado… Están desprofesionalizando el salario, está completamente devaluado” declaró Figueroa. Por esta razón, la protesta de hoy se extiende a todas las plaza Bolívar de Venezuela.

Hace 20 años, el ingreso de una familia de dos docentes era suficiente para, no solo garantizarle tres comidas al día a todos sus integrantes, sino además poder costea vacaciones a Margarita o a Morrocoy, organizar cenas navideñas y comprar regalos para sus hijos y sobrinos, además de comprar un carro, según cuenta el profesor retirado de educación física, Carlos Bastidas.

“Antes muchos profesores se iban al exterior de vacaciones y ahora no tienen ni para pagar el pasaje en camioneta”, sentencia.

Actualmente, él y su esposa son docentes jubilados. Después de 26 años al servicio de la nación, para poder costearse la vida han recurrido a vender bienes a los que ya no se les da uso, como cierta ropa, y acudir a la ayuda de sus hijos, quienes ya son profesionales.

Piden a Aristóbulo que vuelva a ser docente

La profesora Milagros Moreno está a punto de jubilarse y gana un salario quincenal de aproximadamente 5.000 soberanos. Con ese dinero pretendía comprarse medio cartón de huevos en un puesto en La Vega el lunes al mediodía, adquisición que no pudo hacer, ya que a penas la vendedora escuchó las medidas del mandatario Nicolás Maduro guardó los cartones anunciando que al día siguiente vendrían con nuevo precio.

“Yo antes era del movimiento socialista –expresa- y todavía no creo en un capitalismo de Estado donde todo el poder lo tienen los que nos gobiernan”

Recuerda sus inicios como docentes en los que el actual Ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, cerraba con candado los planteles, obligando a los maestros a manifestarse exigiendo sus derechos.

En ese entonces, las protestas de los educadores eran una lucha laboral. Actualmente exigen que se cumpla lo establecido en su contratación colectiva. También demandan los recursos para que los provean de su Seguro Social y derecho a la movilidad, que está impedida por la escasez de transporte y precios del pasaje.

“Ya pasó la lucha laboral, y ahora estamos exigiendo el derecho a la vida. A nosotros nos forman para el ejercicio de la democracia y no para el ejercicio de la dictadura. El magisterio está demandando las condiciones de vida”, declara Ofelia Rivera, otra docente presente en la manifestación.

También la red de escuelas de Fe y Alegría y la Asociación de Educación Católica (AVEC) el día lunes hizo una manifestación nacional focalizada en comunidades, esto para después hacer un recorrido concientizando a los vecinos del problema, en especial a los transportistas. En concreto, protestaron desde las 7:30 hasta las 10:00 am exigiendo un salario justo.

Con información de El Estimulo

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