Los esfuerzos gubernamentales para subestimar el impacto de la crisis del Sistema Eléctrico Nacional en la capital de Venezuela se desvanecen cada vez que los apagones paralizan servicios públicos esenciales, como el Metro de Caracas, y sobreviene el caos en la ciudad.
En 2011, el fallecido presidente de la República Hugo Chávez anunció el “blindaje eléctrico de Caracas”. Sin embargo, apenas dos años después, el 22 de abril de 2013, su sucesor en el cargo, Nicolás Maduro, se vio obligado a declarar la emergencia eléctrica nacional, pues, ni de lejos, se habían superado las dificultades estructurales del sistema de generación, transmisión, distribución y comercialización.
La inauguración de dos unidades para incorporar 90 megavatios al centro de generación Josefa Joaquina Sánchez Bastidas, en el estado Vargas, también conocido como Planta el Picure, es otra evidencia del abandono del parque termoeléctrico del país. Ocho años después, los registros de la Asociación Venezolana de Ingenieros Eléctricos y Mecánicos (Aviem) indican que de la capacidad de generación instalada de 132 megavatios que tiene El Picure, apenas se producen 45 megavatios; es decir 34,09%, por lo que no es tal el llamado blindaje eléctrico.
Luego de los megaapagones de marzo de 2019, las autoridades del gobierno de Maduro, específicamente la vicepresidenta Delcy Rodríguez, volvieron a prometer el blindaje eléctrico, pero ya no solo de Caracas sino de todo el país. Los técnicos de la Aviem desmienten tal posibilidad: “Para finales de 2019 93% del parque termoeléctrico instalado alrededor de la región capital se encontraba fuera de servicio, con lo cual el suministro eléctrico de la región depende en 83% del aporte realizado por el sistema hidroeléctrico del Bajo Caroní, a través de las subestaciones Oscar Machado Zuloaga y Santa Teresa”.
Tan simple como cortar monte, pero no se hace
El 19 de febrero de 2020, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) difundió un mapa de Venezuela que muestra el recalentamiento del territorio nacional por la llegada del período de temperaturas elevadas y el aumento del riesgo de incendios forestales que pueden afectar las principales líneas de transmisión del Sistema Interconectado Nacional. Desde la Aviem destacan que 25% de las fallas del sistema de transmisión es causado por incendios forestales y contactos de las instalaciones eléctricas con la vegetación.
Aparecen destacados con color naranja, que indica el más alto riesgo de incendios: el norte de Bolívar, el sur de Anzoátegui, el centro-norte de Guárico, el norte de Cojedes y el oriente de Lara. Y se precisa que allí están ubicadas las subestaciones Guri, Malena, San Gerónimo y La Horqueta. “Son áreas donde se registran temperaturas máximas hasta 36°C, valores bajos de humedad relativa y días consecutivos sin precipitaciones y poca nubosidad; ello favorece la ocurrencia de incendios forestales…”, se explica en el reporte oficial del Inameh.
Los incendios forestales en Venezuela e incluso algunos eventos relacionados con el cambio climático son predecibles. Está claro que la principal medida de prevención es el desmalezamiento de las zonas por donde pasa el tendido eléctrico del Sistema Interconectado Nacional. Se denomina pica y poda. Y dicho así podría asociarse a la simple actividad de cortar el monte que crece salvajemente en torno a las instalaciones eléctricas.
Sin embargo, conocedores de la materia advierten que, en algunos casos, no es tan simple remontar muchos años de abandono. “Pensemos en la línea de transmisión entre San Gerónimo y Santa Teresa que atraviesa el Parque Nacional Guatopo. Allí no se hace pica y poda desde hace más de un década y los árboles alcanzan el tope de las torres eléctricas, alturas de hasta 25 metros”, indicó una de las fuentes consultadas.
Con información de Efecto Cocuyo