El Carnaval de El Callao es la quinta manifestación venezolana declarada por la Unesco como patrimonio cultural inmaterial. El territorio adolece de servicios básicos óptimos y de infraestructura hotelera. En ese municipio minero, en el sur del estado Bolívar, las peleas entre bandas armadas incluyen granadas. Más de 10 muertes violentas se registraron en los primeros 45 días de 2017. Su geografía es salpicada por la iniciativa ecocida del Arco Minero y la violación de derechos humanos a indígenas.
El 1 de diciembre de 2016, el mundo conoció la nueva lista de 33 manifestaciones culturales, dignas de respeto, de admiración y de salvaguarda. Entre ellas, hay una en particular: el sonido del bumbac, de la charrasca y del cuatro, armonizados en el calipso; el colorido de las comparsas; el jolgorio de los medios pintos; la alegría de las madamas; y la historicidad melódica de los pueblos mineros en Bolívar comenzaron a ser, oficialmente, también íconos mundiales del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) así declaró a El Carnaval de El Callao de Venezuela. Pero la historia de la minería en Bolívar también está signada por la violencia y por la anarquía; por las incursiones del Ejército; por los enfrentamientos entre bandas armadas; por la corrupción y por las mafias; y por una población que vive en zozobra y con la sangre y con la impunidad como vecinas.
Venezuela es el cuarto país con más prácticas y expresiones culturales en América (sin contar Estados Unidos y Canadá, que no forman parte de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, de 2003). El puesto es compartido con Bolivia. En primer lugar está Perú (10), luego México (9), Colombia (9) y Brasil (8).
13 personas han sido asesinadas en El Callao, municipio donde surgió el fútbol en Venezuela y representa potencial económico para el país. Dos de las víctimas fatales son mujeres. Seis fueron abatidos por el Ejército; el móvil de los demás homicidios es la venganza.
Lo social
En El Callao, la violencia no es la única contrariedad. Cuando no suenan las balas (o incluso también cuando retumban), los callaoenses tienen problemas con el suministro de agua.
En el 2017 debe haber una celebración especial, porque al ser Patrimonio Cultural de la Humanidad, el cuido tanto ciudadano como estatal debe ser mayor. A finales de enero de este año, el concejal Armando Betancourt listó las razones por las que este municipio minero, a su juicio, no está apto para recibir a todos los turistas: precariedad en servicios básicos, poca capacidad hotelera, los hospitales no tienen medicamentos, los centros de interés turísticos no están preparados (mencionó como ejemplo la Casa Negra Isidora), la inseguridad.
Lejos de poner un alto al ecocidio del Arco Minero, el gobierno mantiene el empeño, incluso en contra de los derechos indígenas.
Además, los trabajadores de la minera estatal enfrentan discriminación laboral.
La improvisación del Ejecutivo en la desincorporación del billete de mayor denominación en Venezuela para el nuevo cono monetario se tradujo en protestas y saqueos en El Callao.
La partida millonaria que aprobó Nicolás Maduro no va destinada a atender ni los problemas ni sus raíces en El Callao. Es que tampoco se sabe cómo se distribuirán los casi 7 millones de bolívares que anunció Maduro para cada celebración carnestolenda en el país.
A finales de enero de este año hubo un enfrentamiento entre bandas armadas tras el cual se encontraron dos granadas sin detonar. Así es el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el estado Bolívar.
Con información de: Correo del Caroní
Fecha: 25 de febrero de 2017