Repartir una bolsa quincenal representa un déficit de 100 kilos mensuales de alimentos para una familia de 4 miembros, afirmó el economista Víctor Álvarez

Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción son presentados por el gobierno como la solución para el suministro de comida a cada hogar venezolano, sin embargo el mecanismo está cargado de contradicciones, aseguró Víctor Álvarez, economista y Premio Nacional de Ciencia e investigador del Centro Internacional Miranda. “El error de los CLAP está en su propio diseño”, afirmó.

El economista agregó que es inviable que la medida llegue a toda la población venezolana, integrada por más de 30 millones de habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística, cifra equivalente a 7,2 millones de hogares formados por 4 miembros cada uno.

Además de lo numeroso de los destinatarios, otro inconveniente es que los comités de abastecimiento no llenan la cantidad de comida que requiere consumir una familia. “La Organización Mundial de la Salud y el Instituto Nacional de Nutrición establecen que una persona debe comer un kilo diario o 30 kilos de alimentos al mes. Esta cifra multiplicada por 4 miembros da un consumo mensual de 120 kilos de alimentos”.

Recordó que Nicolás Maduro fijó la meta de repartir, cada 15 días, una bolsa cuyo peso es de 10 kilos. 2 bolsas mensuales suman 20 kilos, lo cual deja un déficit de 100 kilos para cubrir las necesidades alimentarias del grupo familiar, indican los cálculos de Álvarez.

A comienzos de septiembre Maduro anunció que 14.000 CLAP operaban en Venezuela y que la meta era llegar a 21.000 para finales del presente año. El mecanismo fue creado el 20 de abril de 2016.

Álvarez destacó que 25% de las familias perciben las bolsas y “el 75% restante no las ha visto”. Esto evidencia lo difícil de hacerlas llegar a toda la población como lo reitera el gobierno. “La distribución casa por casa requiere una colosal capacidad logística que ni siquiera tiene la principal empresa del país, mucho menos un Estado burocrático e ineficiente que carece de una infraestructura y está permeado por la corrupción”.

Lejos de acabar con el bachaqueo, la orden de Maduro de destinar a los CLAP la mitad de la producción agrícola e industrial del país profundizará el contrabando y la escasez, señaló. “La medida desincentiva a los productores nacionales objeto de la morosidad gubernamental de seis meses y un año en cancelarles una factura por la cosecha”, alertó quien fue ministro de Industrias Básicas y Minería entre 2005 y 2006.

Subrayó que la decisión de Maduro restringe más la oferta en los establecimientos privados, donde compra la mayoría de los consumidores. Insistió en que la solución del problema es eliminar los subsidios indirectos e instrumentar políticas para reactivar el aparato productivo.

Una vecina de la urbanización Simón Rodríguez, en Caracas, que pidió no citar su nombre, denunció los retrasos en la distribución de las bolsas, a las que le faltaron arroz, aceite y café. Luego de cancelar 3.200 bolívares, el consejo comunal lleva el dinero al Ministerio de Alimentación y recoge los víveres.

Otro usuario reveló que las bolsas llegaron en julio con 4 paquetes de harina de maíz, un pote de margarina, un kilo de azúcar, un paquete de leche en polvo, medio kilo de espagueti y 2 paqueticos de aliño. La de septiembre trajo un kilo de azúcar, un paquete de leche en polvo, un litro de leche líquida, un pedazo de carne, un kilo de pasta y un kilo de caraotas.

“En el edificio llegaron incompletas hace tres meses: cuatro paquetes de Areparina, una leche condensada, una margarina, dos kilos de pasta y un frasco de mayonesa. Nos devolvieron parte del dinero”, dijo una residente de la Candelaria.

FUENTE: CON INFORMACIÓN DE EL NACIONAL

07 DE OCTUBRE DE 2016

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