En la primera semana de agosto se promueve la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida de un bebé. Este año no fue distinto. El Instituto Nacional de Nutrición mostró las estadísticas de 2016 del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional sobre el porcentaje de mujeres por cada entidad que sí dieron pecho a sus hijos. Celebró el incremento del índice, que llegó a 52% en promedio en lactancia exclusiva, pero sobre la nutrición de las madres no difundió ningún resultado.

El Plan 2025 de la Organización Mundial de la Salud parte de la meta mundial de nutrición en reducir a la mitad las tasas de anemia en mujeres en edad fecunda. Para eso se estableció un plan  integral de aplicación sobre nutrición materna, del lactante y del niño pequeño. En relación con este tema no ha hablado el INN.

Daniela Aguilar, nutricionista de la Fundación Bengoa, da buenas noticias en tiempos de crisis alimentaria: «El porcentaje de proteínas, grasas y carbohidratos se mantiene, a pesar de que la mamá esté baja en peso o malnutrida, lo que cambia es el volumen. El niño seguirá tomando la leche de buena calidad, pero en menor cantidad. El cuerpo de la madre siempre va a tener como prioridad satisfacer las necesidades del bebé. Si hay un lactante el cuerpo movilizará las reservas de donde sea», explica la especialista.

Sin embargo, las mujeres mal alimentadas están propensas a incidir en los casos de osteoporosis a edad temprana (35 o 40 años), además de la pérdida de masa corporal y de energía. El llamado es a promover la lactancia materna exclusiva y a educar a las mujeres para que coman los nutrientes necesarios en tiempos de ollas vacías.

Sin estudios. Marianella Herrera, nutricionista e investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, señala que el estado de nutrición en embarazadas no ha sido evaluado aún por la Encuesta Condiciones de Vida 2015, único referente reciente que aborda el tema alimentario desde las academias. Tampoco el INN, a través de la Sisvan, publica datos oficiales sobre nutrición desde 2012, y su último balance preliminar data de 2013.

Lo que sí se sabe es que las mujeres que dan lactancia materna exclusiva deben consumir 500 kilocalorías más de las 2.300 kilocalorías que requiere una persona, lo que se traduce en que la ingesta de proteínas, hierro y lácteos no debe faltar en el día a día. Los resultados del Encovi arrojaron que 39% de las 1.448 familias encuestadas no consumía carne, 31% no compraba pollo y 58% no tenía lácteos entre sus compras.

El vacío informativo comenzará a llenarse en septiembre. Desde los ambulatorios de Cáritas en los estados Zulia, Miranda, Vargas y Distrito Capital se empezará a medir talla y peso en niños menores de 2 años, y en mujeres embarazadas se hará la determinación de hemoglobina, informó Susana Raffalli, nutricionista experta en seguridad alimentaria. En los ambulatorios el patrón común es que no ven en mujeres una hemoglobina más alta de 10, cuando lo normal es que tenga 12.

«No podemos abordar la promoción de la lactancia desde el romanticismo tomando en cuenta la situación en que está Venezuela. ¿Cómo le dirás a la mamá que no come en tres días que lactar es bello? La lactancia no es responsabilidad solo de las mujeres, sino un asunto social y familiar. Hay que darle sus vitaminas en los centros de salud y garantizar la alimentación en el país», cuestiona Raffalli.

FUENTE: EL NACIONAL

Ir a la barra de herramientas