Aprovechando la crisis y el hambre que atraviesa la mayor parte de la ciudadanía venezolana, el régimen de Nicolás Maduro busca ganar votos controlando selectivamente el suministro de alimentos, según la nota de tapa de este viernes del Wall Street Journal, reseña infobae.

Sara Meza, una maestra de 32 años de edad, esta harta del actual gobierno de Venezuela. Su salario ha caído al equivalente de dos dólares por mes, le es cada vez más difícil alimentar a su hijo de diez años y es incapaz de tratar el pequeño tumor en su seno porque el sistema de salud del país está en ruinas. “Están jugando con el hambre de la gente”.

Cualquier gobierno que padece de una escasez generalizada de alimentos, una inflación que se aproxima al 13.000% y una economía tan decadente que pronto se desmoronará hasta la mitad de su tamaño hace cinco años tendría problemas para ganar elecciones.

Pero el régimen de Maduro, que tiene solo un 22% de aprobación, ha diseñado una amplia estrategia para prevalecer en el poder a través del juego sucio, la intimidación y, lo que es aún peor, utilizando la comida para comprar votos.

La comida es un arma enormemente poderosa en un país donde los bebés mueren de desnutrición, los estantes de las tiendas suelen estar vacíos y tres cuartas partes de la población ha perdido un promedio de 8,6 kilos.

“Es criminal”, dijo Maritza Landaeta, directora de la Fundación Bengoa, un grupo que estudia la nutrición y la pobreza en Venezuela y ha sido una fuerte crítica al gobierno. “La misma gente que asfixió a la industria alimenticia y generó la escasez está usando los alimentos como una herramienta política”.

Publicado por Infobae
23/03/2018

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