El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor José Luis Azuaje, envió un mensaje al pueblo venezolano que manifestó en la calle por sus derechos democráticos este martes 10 de marzo.  El Episcopado resaltó que los ciudadanos  expresaron una vez más su deseo de un cambio de rumbo en la política democrática del país y en la economía, mientras el gobierno de Nicolás Maduro solo respondió con una contramarcha.

“El país no puede seguir en esta cadena de deterioro. Hay necesidad de cambios estructurales en la política y la economía, y de liderazgos que vayan más allá de intereses ideológicos o de sostener un poder a toda costa”, expresó Azuaje mediante un comunicado enviado a los medios de comunicación.

La oposición encabezada por el presidente interino, Juan Guaidó, y los diputados de la Asamblea Nacional se propuso llegar al Palacio Legislativo desde la Plaza Juan Pablo II en Chacao para sesionar y aprobar el Pliego Nacional de Conflicto de gremios y sindicatos del país, pero una barrera de la Policía Nacional Bolivariana se lo impidió a la altura de Chacaíto. Actividades similares se replicaron en varias regiones del país como Anzoátegui y Táchira. Por su parte, el chavismo caminó desde la Plaza Morelos en Bellas Artes hasta la esquina de San Francisco.

“El deterioro de la calidad de vida, el que nos hayan llevado a vivir de cualquier manera, sin luz, sin agua, sin remuneración justa, sin gasolina, sin paz, sin familia; son entre otras cosas, ámbitos de inestabilidad social y mayor pobreza”,  lamenta Azuaje en la misiva.  Rechazó que quienes deberían ser servidores del pueblo, en alusión a los funcionarios de los distintos cuerpos de seguridad, se hayan dedicado a bloquear vías y militarizar las calles por órdenes superiores.

La máxima autoridad de la CEV llamó al respeto y el entendimiento entre todos los venezolanos y advirtió que la violencia lleva a la destrucción de lo que queda como tejido social.

“De ahí la interpelación a seguir construyendo ciudadanía que facilite una sociedad más justa y libre, que permita la promoción y el resguardo de la dignidad de la persona humana e incentive el desarrollo humano integral”, concluyó.

Con información de Efecto Cocuyo

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