Varios medios del interior del país se han unido para ofrecer a sus lectores un registro más amplio de los días sin servicio de agua que han padecido varias ciudades del país desde el comienzo de la cuarentena nacional.
En Falcón todas las semanas hay alguna denuncia o protesta por falta de agua; en Bolívar 55% de la población almacena agua hasta por tres días y 50,7% compra agua embotellada; en Caracas no hay techo de casa, edificio o rancho sin un tanque azul; en Zulia volvieron los vendedores de agua en burros y el gobierno reguló el precio de los camiones cisterna; en Táchira los Puntos de Asistencia Social Integral (PASI) que atiende a repatriados no tiene agua; en Vargas algunas comunidades suman hasta 60 días sin servicio; en Lara la zona norte de la entidad debe recurrir constantemente al servicio de camiones cisterna; en Yaracuy las fuentes de captación de agua tienen una merma de 90%.
Las fallas en el suministro de agua potable en el país compiten con las del servicio eléctrico (muchas derivan de la ausencia de electricidad) y al igual que este, se agudizaron durante la cuarentena decretada por el gobierno de Nicolás Maduro para evitar la propagación del covid-19, el pasado 16 de marzo. El racionamiento y falta de agua ahora es de todos.
Hoy 93,8% de los hogares de Venezuela –uno de los 10 países con mayores reservas acuíferas del mundo– almacena agua potable, según se desprende de un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), en diciembre de 2019. “Este escenario creó las condiciones para el nacimiento de figuras conocidas como ‘los pimpineros’: personas que adecuan medios de transporte artesanales para trasladar diferentes recipientes de diversos tamaños desde otras fuentes que podrían ser tomas improvisadas, hasta la puerta de los distintos hogares”, reseña la organización.
La solución que encontró la administración de Maduro fue la compra de 252 cisternas para surtir a más de la mitad de la población. Según el exvicepresidente de operaciones de Hidrocapital, Norberto Bousson, lo que se invirtió para adquirir camiones cisternas era suficiente para reparar alguno de los sistemas de bombeo de agua por tubería más importantes del país.
El agua es vital y durante la pandemia de la covid-19 un recurso prioritario e indispensable para evitar el contagio del virus, que hasta este 4 de junio de 2020 sumaba 6.513.635 contagiados y 386.096 fallecidos, en el mundo. Muchos venezolanos se vieron obligaron a interrumpir sus cuidados y cuarentena y salir de sus casas para buscar agua.
Con información de Tal Cuál