En enero de este año, Maduro dijo que, como parte de un parapeto que llamó Agenda Económica Bolivariana, se desarrollarían14 motores productivos para superar el rentismo petrolero y construir un nuevo modelo económico en el país.
Han pasado siete meses y los resultados están a la vista. La crisis económica se agrava con cada día que Maduro pasa en el poder. Lejos de prender el motor, la guagua va en reversa, como dice la canción de Juan Luis Guerra.
El primero de esos fulanos motores fue el agroalimentario. Cualquier ciudadano con tres dedos de frente, pensaría que bajo esta definición se incluirían una serie de acciones para la activación de la producción agrícola nacional, pero en esos días apareció una ministra, muy fugaz por cierto, que nos invitó a sembrar caraotas en los balcones de los apartamentos para combatir la escasez y el desabastecimiento.
Obviamente, que la ya traída por los pelos agricultura urbana pasó sus cien días de prueba sin éxito alguno, por lo que ese motor no prendió, porque para que un motor encienda no solo debe ser abastecido por combustible, sino que además todas sus partes deben estar aceitadas para el arranque.
Y así podemos seguir hablando de esos 14 motores, pero la conclusión será la misma: Maduro no prende ni el motor de una lavadora, y debido al conjunto de medidas erradas que ha tomado, el país sigue en caída libre y el gobierno no ha sacado ni siquiera una esterilla para amortiguar el golpe.
Por otro lado, los recientes cambios en el gabinete ministerial del gobierno evidencian tres cosas: que la cúpula tiene serias fracturas y se están cayendo a cuchillo entre ellos mismos, que quieren radicalizar aún más el modelo fracasado que defienden, y que están buscando renegociar la deuda externa. De eso no hay duda. Maduro, en lo que va de su nefasta gestión, ha hecho al menos 100 cambios, que generalmente son enroques y que, entre otras cosas, dejan claro que para ser ministro de su gabinete parece que uno de los requisitos es tener prontuario.
Un modelo que expropió tierras y empresas con fines politiqueros, y que además apostó a las importaciones en vez de la producción nacional, no puede tener éxito. El actual modelo político y económico multiplica la pobreza, condena a los venezolanos a un proceso de supervivencia y somete a los sectores productivos del país al estrangulamiento.
En Venezuela han cerrado 8.000 industrias los últimos 20 años y 500.000 empresas han desaparecido, lo que ha generado que en la actualidad haya 85% de escasez de medicinas y 82,8% de escasez en alimentos.
Sin duda, en Venezuela no se respetan los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ni los Derechos humanos consagrados tanto en pactos y acuerdos internacionales, como en nuestra Constitución. El pueblo está pasando hambre y muriendo de mengua por la falta de medicinas. Ese es el duro panorama que tenemos en frente.
Debido a la escasez y la inflación que existe en nuestro país, ha disminuido considerablemente la ingesta de proteínas, calorías y micronutrientes, por lo que cada vez son más frecuentes infecciones y enfermedades. Cuando se es privado de una correcta nutrición, se puede morir por infecciones comunes como la diarrea o el sarampión. Es inaceptable que los venezolanos estemos pasando por esto.
Para salir de esta terrible situación hay que producir un cambio político en Venezuela. Para poder revocar el hambre tenemos que cambiar al gobierno y la vía constitucional para conseguirlo es el Revocatorio.
¿Que ese camino está lleno de obstáculos? ¡Sí! Pero unidos los hemos ido superando y seguimos avanzando.
Esta semana, la señora Lucena, quien obedece al pie de la letra las órdenes de sus jefes Maduro y Rodríguez, trató de confundir con una declaración más que rebuscada, para decir lo que toda Venezuela sabía, que la Unidad cumplió con la cuota del 1% de las firmas en todo el país.
Habiendo superado este escollo, seguimos la lucha ahora para que el CNE anuncie la fecha del 20% de manifestaciones de voluntad, como lo establece la Constitución, que estamos seguros de que será un pre revocatorio donde mucho más de 4 millones se expresarán contundentemente, porque los venezolanos sabemos que con Maduro no hay futuro.
Pero el Revocatorio no nos lo van a regalar, debemos luchar por él. Tampoco es un proyecto individual, por lo que la organización es fundamental. Por eso cada venezolano debe hacer valer su voz. ¡Venezuela se mueve por el 20!
Por eso esta semana nos movilizamos a las sedes regionales del CNE en todo el país para exigir nuestro derecho, y si no obtenemos respuesta en los próximos días vamos a movilizarnos desde toda Venezuela para la toma de Caracas, porque el Revocatorio es este año.
Ya la Unidad solicitó ante el CNE que se fije como fecha para la recolección del 20% los días 24, 25 y 26 de agosto. Asimismo, se exigió que se instalen 38.000 captahuellas para el proceso. La reforma de 2007 se organizó en 47 días y los comicios de 2009 en 90 días, por lo que el Revocatorio debería ser la última semana de octubre o la primera de noviembre. No hay impedimento legal ni técnico para que el Revocatorio se realice en este 2016.
Nosotros seguimos recorriendo nuestra Venezuela organizando a nuestro pueblo para el último paso del Referendo. Esta semana estuvimos en Lara, Zulia, Mérida y Táchira; además de visitar al Santo Cristo de La Grita para pedirle por los venezolanos.
Que tengan claro los señores del gobierno, mientras más obstáculos nos pongan en el camino, mientras más guarimbas y alcabalas nos pongan, más va a crecer nuestra fuerza por lograr el cambio que necesita nuestra amada tierra.
La paz y el futuro de Venezuela dependen del Referendo Revocatorio. El pueblo quiere expresarse a través del voto, el Revocatorio es un clamor nacional. Vamos por el 20%. ¡Qué dios bendiga a nuestra Venezuela!