Los 40.000 bolívares que millones de venezolanos reciben mensualmente como salario apenas representan 2,42 dólares, según el tipo de cambio oficial informado por el Banco Central de Venezuela (BCV), que se ubica en Bs. 16.516.
Para el Banco Mundial, fuente de financiamiento internacional compuesto por 189 países, define la pobreza extrema en ingresos diarios inferior a $1,90. Pero el salario mínimo de Venezuela no solo está muy por debajo de esa cifra, ubicándose en $0,08 diarios, sino que elimina cualquier protección frente a la hiperinflación y crisis económica que afronta el país desde hace cinco años.
Desde agosto de 2018 se han decretado cuatro incrementos en el sueldo mínimo: el primero hace exactamente un año, cuando se ubicó en 1.800 bolívares soberanos; luego, a partir del mes de diciembre, se ajustó a Bs. 4.500; al mes siguiente, en enero, subió a 18.000 bolívares; finalmente, en abril, y sin ningún tipo de anuncio público más allá de la publicación del decreto en Gaceta Oficial, alcanzó los Bs. 40.000.
En ese período, el salario mínimo pasó de equivaler 30 dólares a únicamente $2,18, de acuerdo con la tasa del dólar en el mercado paralelo, que cerró la jornada de este lunes, 26 de agosto, en Bs. 18.333.
Asdrúbal Oliveros, economista y director de la consultora Ecoanalítica, precisa que el bajo salario mínimo es el reflejo del ciclo hiperinflacionario y la profunda contracción económica del país. “La hiperinflación destruye el poder adquisitivo y la recesión no permite que aumente la producción“, dijo.
Salarios precarios
Aunque el sueldo mínimo es el de mayor referencia, no significa que el nivel de los salarios del país sean altos. Por el contrario, Oliveros considera que son “extremadamente precarios”.
“El salario promedio está ligeramente por encima en el sector privado. Dependiendo del grupo y estrato, hablamos de que puede estar por encima (del salario mínimo) entre 5 y 10 veces”, comentó el economista.
Si bien el deterioro en el poder de compra de los salarios es mayor en la Administración Pública, Oliveros advierte que ambos “están muy lejos” de un “salario óptimo”.
Con información de Efecto Cocuyo