El lunes 12 de noviembre a las 8:40 am una joven de 17 años de edad, cursante del primer semestre de Ingeniería en la Universidad Central de Venezuela, se dirigía a clases cuando fue sorprendida por un hombre que la sometió en uno de los pasillos de la institución y la obligó a montarse en un vehículo color plata. Una vez que el carro empezó la marcha, le quitó el bolso y el celular, luego comenzó a tocarla por la espalda, el cuello y la golpeó.
La muchacha aterrorizada le suplicó que no le hiciera nada. Luego de dar varias vueltas por el campus, el hombre le dijo: “Toma tu pote de celular, que no me sirve” y le ordenó que se bajara. El delincuente huyó. La muchacha aún está en shock por lo ocurrido y no quiere regresar a clases.
Cuatro meses antes un hombre armado interceptó a dos alumnos con un facsímil de arma cuando se bajaban de una camioneta y los obligó a montarse nuevamente en el vehículo. Los ruleteó por más de una hora dentro de la casa de estudios y durante el recorrido el secuestrador se grabó cuando les preguntaba: “¿Ustedes nunca han agarrado una pistola?, ¿quieres escuchar cómo suena cuando la detonan”. Luego obligó a uno de los jóvenes a que se bajara del auto para que robara celulares a otros compañeros. El alumno pidió ayuda a uno de los funcionarios de vigilancia, quien detuvo al plagiario y lo entregó al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Este año el secuestro exprés ha cobrado fuerza dentro de la institución. Entre octubre de 2015 y octubre de 2016 han sido denunciados 256 delitos ante la Dirección de Seguridad de la UCV y, de esa cantidad, 4 corresponden a esta modalidad.
Las zonas residenciales de Bello Monte y Santa Mónica, según cifras dadas por investigadores del Cicpc, reportan entre 3 y 4 casos de secuestro exprés semanales. La cercanía de estos sectores a la universidad ha incidido en su repunte en la casa de estudios.
La mayoría de los delincuentes que han incurrido en este tipo de crímenes han sido detenidos por el personal de vigilancia de la universidad. “En las investigaciones que se han adelantado con los cuerpos de seguridad se ha detectado la participación de bandas delictivas provenientes del sector La Charneca de San Agustín del Sur, que bajan de la zona montañosa que separa a la comunidad de la institución para cometer no solo secuestros, sino también robos y hurtos. Las torres de la Misión Vivienda, que se encuentran en Los Chaguaramos, han favorecido la incursión delictiva en la sede”, informó Agustín Chirinos, director de seguridad del centro de estudios superiores.
Aunque los actos criminales más frecuentes en la casa de estudios son robos y hurtos, en 2016 el secuestro exprés ha ganado terreno porque en años anteriores, de acuerdo con Luis García, estudiante de Ingeniería, no se habían reportado denuncias de este tipo. “La mayoría de las víctimas son jóvenes de primer semestre que se convierten en presa fácil porque desconocen las zonas peligrosas de la universidad y son manipulables, ceden fácilmente al amedrentamiento. Hace dos semanas, 11 estudiantes de primer semestre fueron robados en Tierra de Nadie. Dos de ellos fueron llevados temporalmente hacia otro sector del campus para robarles el celular”, indicó el alumno.
Los alrededores de la Escuela de Estadística y la Dirección de Deportes, de acuerdo con García, son escogidos por los delincuentes para enfriar los vehículos robados, luego de cometer secuestros exprés en zonas cercanas a la universidad.
Los hurtos y robos han sido un flagelo difícil de combatir para el personal de vigilancia. Solo este año el Instituto de Medicina Tropical ha sido blanco de sustracciones de equipos computarizados e instrumentos médicos en 16 oportunidades. “Con ello se han llevado tesis de investigaciones realizadas en las últimas dos décadas”, explicó Chirinos. También los galpones de mantenimiento de la universidad han sido blancos de saqueos. La directora de esta dependencia, Carmen Yegres denunció que en 2016 el hampa se ha llevado 6 millones de bolívares en cableado eléctrico, compresores de pintura y máquinas de fumigación que han afectado las actividades académicas.
Los robos a mano armada siguen siendo cometidos en su mayoría por motorizados que circulan en pareja y despojan de aparatos electrónicos a los estudiantes. Solo un pequeño porcentaje se cometen dentro de las aulas de clases. “Las pocas veces que ocurren, los delincuentes esperan que termine la clase y abordan a grupos pequeños de estudiantes que se quedan reunidos”, refirió un alumno de Antropología que mantuvo su nombre en reserva.
Medidas
** El personal de vigilancia fue depurado y las unidades de motos y bicicletas, repotenciadas.
** Se establecieron alianzas con el Cicpc, la PNB y la GNB para capturar e investigar a las organizaciones delictivas que azotan el campus.
** En septiembre, 36 buhoneros de los alrededores del Hospital Clínico Universitario fueron desalojados como un mecanismo para evitar la pernocta de personas ajenas a la comunidad universitaria en las instalaciones.
Incursión hamponil en otras universidades
Una estudiante de la Universidad Rómulo Gallegos, que mantuvo su nombre en reserva, denunció que hace dos semanas dos hombres armados ingresaron a las clínicas de la Facultad de Odontología y se llevaron los instrumentos. Sometieron a pacientes, alumnos y profesores. Debido a este episodio hay docentes que no han regresado a la institución. Marcos Pino, director de Desarrollo Estudiantil de la Universidad de los Andes, sede Mérida, informó que este año interceptaron a la administradora de esta dependencia en el estacionamiento para despojarla de sus prendas y el celular, mientras que en la Facultad de Medicina grupos de motorizados se llevaron computadoras y otros equipos.
El 12 de noviembre estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello, núcleo Guayana, fueron asaltados dentro de la sede mientras esperaban el bus de salida.
FUENTE: EL NACIONAL
FECHA: 27 DE NOVIEMBRE DE 2016