«La media de los salarios que ganan los trabajadores del sector público ronda los 4 ó 5 dólares mensuales, es obvio que con esos ingresos las personas y las familias venezolanas no están viviendo de su remuneración, deben rebuscarse en otra cosa porque de lo contrario sería imposible subsistir en un país en hiperinflación». Así lo indicó León Arismendi, director general del Observatorio de Conflictividad Laboral y Gestión Sindical Del Instituto De Altos Estudios Sindicales (Inaesin).

A pesar de la cuarentena que se registra en Venezuela, el año pasado ocurrieron 1350 protestas laborales en todo el país, 31% más que en 2019. «Hoy se registran protestas en el país pero que están carentes de un liderazgo y una organización sindical que le den sentido nacional, para que el gobierno se sienta realmente presionado a cambiar», alegó.

El salario mínimo no ha oficializado y lo que le pagan a los pensionados son Bs. 1.200.000 mensual o el equivalente a 62 centavos de dólar ¿Quién puede vivir en el país con ese monto tan irrisorio?
Los trabajadores venezolanos del sector público viven de la esperanza de que las cosas mejoren. Lo que perciben los trabajadores públicos no se podría considerar una remuneración, porque ganan entre 4 ó 5 dólares al mes. El Banco Mundial dice que una persona que este fuera del umbral de pobreza crítica debe tener un ingreso diario de por lo menos 1,90 dólares por persona, no por familia, y aquí hay ciudadanos que ganan esa cantidad mensualmente. Es decir, el Estado irrespeta la Constitución y tal situación es el punto de partida de la conflictividad y de la inconformidad laboral que se ha agudizado en pandemia.

Las protestas que se dan en el país de los trabajadores públicos se caracterizan por estar amenazadas por el gobierno y grupos violentos. ¿Cómo sobreviven a esa presión?

Los conflictos más notorios involucran a los trabajadores de la salud y de la educación porque ocupan la mayoría de las nóminas públicas. En esos sectores la situación es calamitosa. En el caso de los docentes el gobierno pretende que se reincorporen a sus actividades por vía no presencial, pero sin garantizar los servicios públicos para que la educación a distancia funcione, igual pasa con el gremio de la salud, no sólo protestan por remuneraciones, también reclaman insumos de bioseguridad, como eso no se cumple es lógico que los trabajadores se resistan a prestar servicio.

¿Los trabajadores perdieron todos los beneficios socioeconómicos?
Sí, y esto no se lo podemos atribuir ni a las sanciones ni a la pandemia, pero sí a la hiperinflación. En la medida en que el salario real ha caído, las prestaciones sociales desaparecieron, se esfumaron. Los señores del gobierno eran de los que decían que cuando se produjo la reforma del sistema de prestaciones sociales en 1997, a los trabajadores los habían estafado. Bueno la verdad es que el saqueo de las prestaciones sociales y de los ahorros se dio fue como consecuencia de las nefastas políticas económicas aplicadas.

¿El socialismo fracasó en reivindicar a la clase trabajadora?
El modelo económico y político en Venezuela que es una copia del modelo cubano es un modelo fracasado y el socialismo fracasado de Maduro lo pagan los trabajadores. Este es un experimento derrotado, creó expectativas que no pudo sostenerse y ahora Maduro rebusca argumentos para justificarse.

¿El desastre en el sector público comenzó con Chávez?
Sí, comenzó en 1998. Con Chávez hubo un poquito de ilusión asociado al boom petrolero. Era un Estado con mucha plata, creó la misiones y esas cosas, porque tenía dinero pero en materia laboral específicamente pues no hubo ningún cambio estructural. Le acaban de aprobar un contrato colectivo a los trabajadores petroleros sin que el propio secretario general de la Federación Petrolera, José Goda, estuviese presente. Ahora el ingreso mensual según ese convenio pasa a ser 74 dólares mensuales para el sector. En 1997 el salario mínimo de un trabajador petrolero eran 15 dólares diarios (450 dólares mensuales), los trabajadores petroleros eran los mejores pagados del país, entonces ahora exhibir 74 dólares en una contratación da vergüenza. Los señores que gobiernan tienen que sincerarse y admitir que esto fracasó y no cambiará sino salen del poder.

Cuando el gobierno de Carlos Andrés Pérez, el país no estaba tan mal como ahora pero los trabajadores hicieron una huelga nacional, ¿Por qué aquí no se han planteado una huelga?
Aquí hubo grandes manifestaciones a inicio de siglo, y las manifestaciones en el término del 11 de abril de 2002 fueron gigantescas. Ahora en términos laborales allí hay un problema serio. Tenemos un sindicalismo muy fragmentado, el gobierno trazó unas políticas antisindicales, una de ellas fue intervenir las elecciones sindicales. Además creó unas organizaciones paralelas, un sindicalismo absolutamente dócil a lo que el gobierno dice y hace.

¿Se perdió la CTV combatiente, el liderazgo sindical está ausente porque unos se vendieron al gobierno y otros tienen miedo?
Eso también es así. Creo que tiene mucho que ver la situación en la que están los partidos políticos. Las organizaciones partidistas influyen mucho en el mundo sindical. La CTV poderosa que teníamos ha sido el resultado de un consenso donde estaban representadas todas las tendencias políticas. En la medida que se ha producido este proceso de fragmentación, entonces las cosas han cambiado. Con los partidos ha pasado lo mismo. Los consensos partidistas se fueron resquebrajando.

¿Avizora usted algún tipo de resultados en las negociaciones que tiene el gobierno con Fedecámaras?
El Consejo de Administración de la OIT se va a reunir en marzo a partir del 15 de marzo y allí tiene que haber una solución en el caso Venezuela. El problema de las convocatorias que hace el gobierno, es que invita a un diálogo que no se sabe cuál es la agenda, se convoca a unos y a otros no. El diálogo tiene que ser una cosa seria.

Con información de La Prensa de Lara

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