Desde hace varios días, las señales telefónicas presentan fallas en Santa Elena de Uairén, capital del municipio Gran Sabana al sur del estado Bolívar. Cuando hay cortes de electricidad, las comunicaciones no empeoran, desaparecen.
“Se fue la luz desde la mañana y ahorita estoy conectada con el wifi de una vecina que tiene wifi brasileño. Las señales se cayeron desde hace varios días, está bastante mala, no sé qué pasó”, comentó Francis Carneiro, habitante de Santa Elena de Uairén.
No es la primera vez que quedan incomunicados cuando no hay servicio eléctrico. Ahora en cuarentena, su situación se complica. Las pocas personas que salen en la mañana para comprar alimentos, principalmente, se trasladan caminando.
“El problema de la gasolina no es de hace dos semanas, es de hace mucho tiempo. Ahora es peor, todo el mundo caminando porque solo abastecen a militares y pocas personas del sector salud”, agregó Carneiro.
Desde la frontera con Brasil, solo hay paso para gandolas de alimentos que abastecen a los comercios de la entidad. En algunos establecimientos han subido los precios de uno a dos reais, mientras que en otros se mantienen por fiscalizaciones de la Guardia Nacional.
Comercios de oro a medias
En el municipio El Callao, la mayoría de los comercios de compra y venta de oro las que abren sus puertas, otros lo hacen hasta las 10:00 u 11:00 am.
“En El Callao se está cumpliendo la cuarentena, pero hay expectativas. En la zona sur de El Callao hay pocos comercios que trabajan hasta ciertas horas, las personas cumplen con las medidas de prevención, pero hay que considerar la parte alimentaria que es precaria, muchos buscan el alimento porque dicen que quién les trae el alimento a sus casas. Los mineros laborando en sus áreas, pero usando tapabocas y guantes”, detalló Armando Betancourt, exconcejal de El Callao.
En Tumeremo, municipio Sifontes, también hay comercios de compra y venta de oro, que a pesar de no ser prioritarios, laboran durante la mañana, sin dejar de usar tapabocas y guantes obligatoriamente.
No así ocurre en otras zonas donde solo laboran los establecimientos de comida y farmacias, igualmente tomando todas las medidas de prevención.
Estricto confinamiento
Las detenciones para charlas preventivas, a quienes incumplan con la cuarentena en horas de la noche, no dejan de aplicarse en Sifontes.
“La orden es pasar la noche recibiendo charlas, no preso. ‘Estaba en la calle, no respeté el decreto presidencial, que también da el gobernador y el alcalde, y me llevaron al centro de coordinación policial para darme una charla, y la charla es como de ocho horas. Nunca le hemos dicho a nadie no camine, no ande, este es un pueblo rumbero, ustedes lo saben, pero no es el momento, muchachos”, se escucha decir al alcalde de Sifontes, Vicente Rojas, en una de las charlas dada a 53 personas que detuvieron por estar en las calles sin justificativo en horas de la noche.
Las medidas de confinamiento siguen tomando fuerza desde que se confirmó el primer caso de Covid-19 en Bolívar. Aunque los ciudadanos acatan la norma de usar tapabocas para estar en la calle y dentro de cualquier establecimiento, las restricciones de horario y suministro de combustible complican a quienes dependen de un trabajo informal y no forma parte de un sector priorizado en esta contingencia. Por otra parte, pese a que el constante lavado de manos es una de las medidas de prevención, en todo el estado no cesan las fallas en el servicio.
Con información de Correo del Caroní