La volatilidad de economía impone a las organizaciones la obligación de revisar sus cuentas cada trimestre e incluso cada mes para adaptarse a la cambiante realidad del país.

Planificar en una economía inflacionaria siempre ha sido un desafío. Pero en medio de una economía donde no se observa una sino muchas inflaciones, la labor de planificación se vuelven todo un reto. Y es este justamente lo que deben tener en cuenta las empresas venezolanas a la hora de estimar su presupuesto para el 2017, tomando en cuenta las alzas de precios en cada uno de los renglones que componen su área de experticia.

Esta es la recomendación que da Pedro Pacheco, socio principal de la consultora PwC Espiñeira, Pacheco y Asociados, quien asegura que la inédita realidad de la Venezuela actual impone la necesidad de reinventar la forma de presupuestar, que ya no guarda relación alguna con los métodos tradicionales sustentados en los estimados de inflación general.

“Estamos ante un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo donde ni siquiera se tiene una sola estimación de inflación sino muchas”, señaló Pacheco durante su intervención en el foro ‘¿Cómo presupuestar para 2017?’ organizado por la Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria (VenAmCham).

Pacheco dijo que a diferencia de procesos hiperinflacionarios como los vividos en Argentina y Brasil, la situación venezolana tiene la particularidad de estar signado por los controles de precio. “En esos países las empresas se protegieron de la inflación acumulando inventarios o subiendo precios. Aquí ambas acciones son penadas por los controles”, recordó.

En Venezuela las empresas se ven impactadas de diferentes maneras, pues mientras un precio controlado puede subir 40%, los no controlados pueden hacerlo en 1.000%. “En el país conviven empresas con diferentes niveles de inflación e incluso dentro de una misma empresa cada renglón tiene una inflación diferente. Cada proveedor tiene precios diferentes que impacta de manera distinta el presupuesto”, reiteró.

Para el experto, el presupuesto fijo y rígido dejó de tener validez, y en su lugar las compañías deben acostumbrarse a manejar cuentas flexibles que deben ser revisadas cada trimestre e incluso mensualmente, a fin de ajustarse a los permanentes cambios del entorno.

Pacheco destacó la importancia de que las empresas aprendan a calcular su inflación interna como forma de protegerse ante el alza de precios general. Al respecto, un estudio adelantado por la empresa que dirige señala que el grueso de las compañías venezolanas estima un alza de costos internos de entre 150% y 200% (de 15% a 20% mensual).

“La empresa no puede evitar la inflación pero sí puede gerenciarla”, dice Pacheco, para quien la nueva realidad nacional impone, entre otras cosas, preparar a la organización para el más difícil de los entornos, lo que conlleva a tener ideas claras de cómo enfrentar cada inconveniente y revisar los procesos en lapsos cada vez más cortos.

Gerenciar el talento humano para conocer cuál es el personal esencial y cuál el estratégico, innovar y alcanzar el punto diferenciador frente a la competencia, buscar maneras de generar divisas y tener alternativas para evitar en lo posible la fuga de talentos, son algunas de las tareas más urgentes a las que debe poner foco la empresa venezolana de hoy.

No menos importante es reposicionar la marca, una condición que para Pacheco es esencial trasladar a la marca-país. “Venezuela está muy mal posicionada y mientras no pongamos todos de nuestra parte para reposicionarla seguiremos estancados”, dijo, agregando que el éxito de países como España o México se debe a la férrea posición de su marca país.

“México tiene tantos problemas de delincuencia como Venezuela, pero los mexicanos están empeñados en sacar su país adelante y para ello hay estrategias concretas. Nosotros necesitamos hacer lo mismo con Venezuela”, dijo Pacheco.

FUENTE: EL INTERÉS

22/09/16

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