Gremio de médicos, sociedades científicas y Academia Nacional de la Medicina exigen a la Fiscalía que investigue el abordaje de la enfermedad

Luego de 11 meses que comenzó el brote de difteria en el país —después de 24 años de erradicada—, los casos sospechosos de enfermedad se encuentran en 18 estados. Sin embargo, el silencio tanto del Ministerio de Salud como de la Organización Panamericana de la Salud continúa.

Ayer los gremios de médicos, investigadores agrupados en la Red Defendamos la Epidemiología, Academia Nacional de la Medicina  y Sociedades Científicas de Venezuela entregaron un comunicado para que el Ministerio Público investigue a los funcionarios encargados de velar por la salud pública en la nación. El ex ministro de Salud, José Félix Oletta, argumentó que en estos momentos existe la vulneración de dos derechos fundamentales: estar bien informado sobre asuntos de interés público y el de recibir la información adecuada para evitar enfermedades que son potencialmente mortales.

Pese a que esta enfermedad se previene con vacunación desde la infancia y con refuerzos en adultos cada 10 años, no hay una jornada de información ni de vacunación nacional y, además, el Boletín Epidemiológico no se publica desde la semana 25 del año 2015.

“Si hay algo que es dramático es que la epidemia no está controlada, pero sí silenciada. (Es inexplicable) que hasta este momento no haya un solo boletín relacionado con la epidemia y esa es la peor conducta en estos casos. Si no hay información, los resultados son peores porque no hay solución de los problemas y la gente no reconoce los factores de riesgo. En consecuencia, aumentan las posibilidades de tener enfermos, enfermos graves y muertes”, explica Oletta.

Para noviembre del año pasado la difteria se encontraba en siete estados del país y se conocían 233 casos, pero en cuatro meses la enfermedad —que tiene entre 10% y 15% de probabilidad de muerte, sobre todo en niños menores de un año—, arropó 10 estados más. Solo los estados andinos, Zulia y Falcón no tienen reportes aún de personas con síntomas  de fiebre, amigdalitis aguda y la formación de una pseudomembrana en la garganta que obstruye las vías respiratorias, la cuales son características de esta enfermedad.

Se desconoce el número de afectados en estos momentos. La OPS no se pronuncia desde diciembre, cuando solo reconoció 183 muestras de casos sospechosos o probables procesadas por el Instituto Nacional de Higiene, entre septiembre y noviembre de 2016, de las cuales 20 fueron confirmadas. Admitió la extensión de la epidemia en seis estados y solo nombró Bolívar y Monagas entre los afectados. Sobre los otros cuatro no dio detalles ni los mencionó.

Oletta agrega que la falta de información también incide de forma negativa en los diagnósticos. “Una de las consecuencias es que nuestros profesionales no están familiarizados con la enfermedad y, por tanto, pueden confundir el diagnóstico porque no hay un índice de sospecha”.

Tampoco se conoce cuánta disponibilidad hay ni de vacunas ni del tratamiento de antibiótico y antitoxina diftérica para tratar a los afectados.

Al menos 6 millones de personas propensas a la enfermedad deben vacunarse, también 500.000 trabajadores de la salud. Nunca se informó que esta inmunización a la población debía tener 3 refuerzos. El segundo se debía aplicar al mes de colocar la primera dosis y el tercero a los 6 meses.

Fuente: El Nacional

Fecha: 15 de febrero de 2017

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