A la deriva. Sin tratamiento. Sin comida. Así están los pacientes con VIH en Venezuela, cuyas filas se engrosan día a día. Nada más en el Hospital José María Vargas hay 4.244 pacientes registrados; 47 de ellos fueron nuevos diagnósticos realizados entre 2015 y los primeros seis meses de 2016.

En el Hospital Clínico Universitario el panorama no cambia: tienen registrados 5.175 pacientes. En la consulta se atienden, en promedio, 35 pacientes al día, según dijo el doctor Martín Carballo, internista e infectólogo, en el XII Congreso Venezolano de Infectología. “Tenemos 14 camas de hospitalización y siempre están ocupadas”, señaló Carballo, quien además detalló que hay pacientes infectados que permanecen en las camas de medicina interna.

En ese centro de salud, la cifra de pacientes ha crecido sin parar. En 2014 habían 4.221 casos registrados y en 2015, 4.839. Es decir, en lo que va de 2016 se han sumado 336 personas. El promedio de casos es de 1.4 al día, cuando en 2012 -hace apenas 2 años-, era de 1.1.

De los más de 5 mil registrados en la actualidad, el 77.25% son hombres (3.998). Solo 1.152 de los casos son de mujeres.

En el Congreso de Infectología, que se llevó a cabo entre el 19 y 21 de octubre de este año, también participó el doctor Anselmo Rosales por el Centro Clínico de Inmunología y Reumatología, adscrito al Instituto Venezolano de Seguros Sociales (Ivss). Allí, la lista de pacientes de este año es de 4.027: 3.928 casos se mantienen en control, mientras que 99 han ido por primera vez.

En el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo se habían registrado en consulta, hasta junio de este año, 1.853 pacientes. 399 mujeres y y 1.454 hombres. Si se le suman las cifras de los que se registraron pero no acudieron más a consulta, más los fallecidos, se deduca que por los pasillos del Hospital Militar han pasado un total de 2.823 personas infectadas con VIH.

Todas esas cifras dan el gran total de 20.490 pacientes, solo en la Gran Caracas. Sin embargo, el doctor Rosales explicó que esta cifra no es totalmente de fiar: hay pacientes que pueden estar en más de un registro.

La realidad irrefutable es que todos sufren más de la cuenta por la crisis del país. El doctor Carballo señaló que últimamente se han detectado una falta intermitente de los antiretrovirales, un gran contraste con la situación en 1998, cuando Venezuela fue el segundo país del continente en garantizar tratamiento universal a los infectados.

En el Clínico Universitario, este año faltó el raltegravir, un medicamento que ataca la enzima del VIH que integra el material genético viral en los cromosomas humanos. La ausencia duró tres meses. El atazanavir, que ataca una enzima del VIH llamada proteasa, también se ausentó un tiempo y afectó a cerca de 1.100 pacientes. La escasez de ritonavir (que se usa para tratamientos combinados) hizo que el número de afectados ascendiera hasta cerca de los 1.300. A eso había que sumarle los 160 afectados por la escasez de nevirapina, que reapareció en el hospital hace apenas cinco días.

Esta intermitencia en la llegada de los tratamientos es perjudicial para los pacientes, según explicó Carballo, puesto que sus cuerpos pueden producir resistencia a los tratamientos, pueden sufrir un retroceso en la enfermedad y la posibilidad de que se contagien de una enfermedad oportunista aumenta.

Napoleón Guevara, infectólogo, apuntó que mientras la gente no reciba su tratamiento de forma adecuada, se fortalece la epidemia. Todo esto impide que el Estado -responsable por el 95% de las importaciones de antiretrovirales– logre los Objetivos del Desarrollo Sostenible que suscribió. Uno de ellos es poner fin al Sida para 2030.

FUENTE: EFECTO COCUYO
FECHA: 24 DE OCTUBRE, 2016

Ir a la barra de herramientas