Salen de casa con bastante tiempo de anticipación. Las fallas en el suministro de gasolina en el interior del país han obligado al personal de salud a trasladarse a sus trabajos pidiendo cola, en bicicleta o a pie; incluso trotando. De lo contrario, serían menos los profesionales en capacidad de atender a los pacientes con COVID-19 en los centros de salud.
“Yo tengo un vehículo propio. Doy mucho la cola a compañeros de salud que se van conmigo y se vienen conmigo porque el autobús (de la alcaldía de Maracaibo para el personal de salud) no les beneficia, no les sirve por lo lejos que hace la ruta o les pasa lejos de sus casas. Hay personas que tienen que caminar hasta más de una hora, dos horas o menos”, explicó a Efecto Cocuyo un trabajador de la salud del Zulia este miércoles, 26 de agosto. No quiso ser identificado por temor a represalias.
El impacto de la escasez de gasolina en las labores del personal sanitario, más en tiempos de COVID-19, ha sido denunciado por organizaciones gremiales y de defensa de los derechos humanos. El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) recopiló las demandas del sector en el informe Condiciones Medio Ambiente de Trabajo Sector Salud.
Según detalló el miembro del personal sanitario de la entidad, la gobernación y la alcaldía de Maracaibo habilitaron unos autobuses exclusivos para el traslado de los trabajadores de hospitales. Sin embargo, algunas personas no pueden utilizar este servicio porque las paradas están muy lejos de sus residencias. Las unidades pasan por la Circunvalación 1, 2 y un tramo de la Circunvalación 3 hasta el Hospital Universitario. Desde allí, arranca un vehículo que pasa por la zona norte. El sur de la ciudad se queda por fuera de la ruta.
Días de cola
Ante las dificultades, algunos de sus colegas se han visto en la necesidad de movilizarse en bicicleta desde el sur de la ciudad. Otros se arriesgan a pedir cola. Si no encuentran más opciones, se ven obligados a faltar.
El personal de salud puede cargar gasolina en la bomba de Los Pinos (Circunvalación 1) a partir de una lista con una determinada cantidad de cupos para cada institución (alrededor de 10 cupos). No obstante, el personal que está trabajando directamente con pacientes con COVID-19 no tiene posibilidad de surtirse. La directiva y jefes tienen prioridad en la lista.
Sin posibilidades de surtirse de combustible, los trabajadores deben hacer colas por días en las bombas subsidiadas como los demás vehículos.
Cupos
En el estado Mérida dan unos pocos cupos más, pero el panorama es similar. El coordinador del capítulo de Médicos Unidos en la entidad, Pedro Fernández, detalló que las autoridades habilitaron una estación de servicio para funcionarios, categoría en la que se incluye al personal de salud para poder echar gasolina. El Hospital Universitario tiene disponible 60 cupos, mientras que el resto de los hospitales cuentan con 40 cupos. En ambos casos pueden surtir 30 litros.
Representantes del gremio médico denunciaron la situación ante la Zona Operativa de Defensa Integral. “Esta semana dieron 100 (cupos), a lo mejor por eso dieron más. Quienes deben tener prioridad son los que están cuidando a los venezolanos“, comentó Fernández.
Para trasladarse a sus sitios de trabajo, el personal de salud que vive cerca se pone de acuerdo para irse juntos, le piden el favor a desconocidos, se van en bicicleta o a pie. No siempre es posible llegar al hospital, razón por la que “se ha creado un ausentismo laboral importante” según el gremialista.
Solo para el sector público
En Lara se da un total de 150 cupos para todo el personal de la entidad. El presidente del Colegio de Médicos de la región, René Rivas, aclaró que la cifra incluye médicos, enfermeras, camilleros, obreros, trabajadores de historias médicas y más. Todos el personal de los hospitales. Quienes forman parte del sector privado no tienen acceso a los cupos de combustible subsidiado.
“La logística es imprevista, depende de a dónde llega (el combustible). Incluso a veces están haciendo la cola y a las dos horas te envían a otra estación“, comentó Rivas.
En el oriente del país, en Monagas, parte de los trabajadores terminan su día agotados por la cantidad de horas que deben mantenerse en cola para cargar combustible.
“Dos días en una cola para tener 20 o 30 litros por vehículo, depende de cuánto surtan a la bomba. No solo para los médicos, sino también para la comunidad. No hay estación de servicio asignada para eso (solo para el personal de salud). Están los coleados, los amigos del poder y en esa misma cola para 150 carros, terminan 400 carros“, señaló.
En la entidad también se maneja un listado de personal sanitario que necesita cargar gasolina, sin embargo la administración es muy irregular. Se le da prioridad a quien asumen que son más necesarios. En este escenario, algunos de sus colegas debe irse trotando al trabajo.
Con información de Efecto Cocuyo