El Callao está en abandono total. Desde antes de la pandemia de COVID-19, el pueblo se ve perjudicado por el polvo que abunda en la zona. Esto a consecuencia de la actividad minera indiscriminada, por lo que son frecuentes las enfermedades respiratorias, entre ellas neumonía, en este municipio ubicado al sur del estado Bolívar.
La preocupación crece luego de que en menos de 72 horas se registraron al menos cuatro muertes por neumonía.
Sin embargo, entre las muertes mencionan el caso de una niña que ingresó con un cuadro diarreico. «La niña tenía diarrea, el estómago se le inflamó y murió», dijo un habitante de El Callao.
Casi toda la población sufrimos de gripe o congestión nasal por el polvero que abunda en el Callao. Es un polvo perenne que hay, y ese polvo viene acompañado de mercurio, y como no hay control de nada, hasta con cianuro», advirtió.
Es por ello que desde hace varios días comenzaron una campaña en contra del libre tránsito de los camiones de cargas por el pueblo. Denuncian también que muchas de las calles principales están deterioradas por la circulación de estos camiones. «El alcalde no dice ni hace nada», lamentó.
Pueblo enfermo
Otro habitante de El Callao aseguró que en la zona no solamente sufren constantemente de gripe y otras enfermedades bronquio-pulmonares, también diarrea y sarna.
Esto es porque por más nunca tuvimos aguas servidas. Y tanto suplicar por el agua, y para el alcalde la solución más rápida fue que cada quien hiciera un pozo profundo para agarrar agua», señaló.
A propósito de la pandemia, hasta ahora los reportes oficiales de Bolívar no hablan de focos de contagio de COVID-19 en El Callao. Sin embargo, igual el pueblo muere por la desatención sanitaria de las autoridades gubernamentales.
Gasolina para las minas
Mientras por un lado el pueblo de El Callao vive las penurias en tema de salud, por el otro tampoco cuentan con gasolina, ni siquiera para lo sectores prioritarios. Algunas minas son la excepción.
«Sí es cierto, llega para ciertas minas y ciertos molinos, pero para el pueblo nada. En mi caso, me quedé atrapada con mi esposo y mi hija aquí en El Callao ya cuatro meses, y hemos echado una sola vez. Tengo que comprar a un alto costo, un litro a 400.000 o 500.000 bolívares en adelante», reveló una habitante del pueblo.
Cabe destacar que los callaoenses temen hacer denuncias públicas por temor a represalias, debido a la violencia que azota a este sector.
Con información de Crónica Uno