Para tramitar un documento, esperar transporte público, ir al banco y surtir combustible los guaros deben someterse a largas colas, que no solamente los hace perder un día de su vida, sino que además los desgasta, producto a que no hay un orden social.

María B. Jordán | La Prensa de Lara

Cuando necesitan hacer cualquier diligencia las personas deben salir con la luz de la Luna, es decir, de madrugada para poder tener uno de los primeros puestos. Tal es el caso del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), donde tienen que madrugar para poder sacar la cédula o el pasaporte, un trámite corriente y que es un derecho que tienen los venezolanos, que a pesar de tener una cita asignada por el organismo igual pasan roncha.

La misma historia se repite para realizar trámites de documentos legales, bien sea para registrar títulos, legalizar partidas de nacimientos o apostillarlos. Para los guaros, hacer esas diligencias es sinónimo de dolor de cabeza porque saben que perderán todo el día en eso.

«Yo he tenido que venir al Saime varias veces y en todas esas oportunidades pierdo el viaje porque no me dan respuesta», fue lo que dijo Meraldo Carmona, quien estaba el día de ayer haciendo un trámite de la cédula de identidad de su hijo por primera vez, pero por ser la partida de nacimiento en formato viejo no se la querían aceptar.

Esa situación es la misma que se ve en las colas de gasolina y de gas natural para vehículos. Los conductores son sometidos a varios días de cola y a pesar que el Gobierno nacional prometió en varias oportunidades resolver el problema de la distribución de combustible, lo que hizo fue empeorar, pues las kilométricas colas se mantienen.

«Uno duerme en la cola y pasa todo el día aquí, perdemos un día de trabajo», explicó Alfredo Vivas, quien es transportista y se encontraba en la cola de gas de la estación de servicio ubicada en la avenida Carabobo desde el día anterior, dejando de generar ingresos.

En las colas de gasolina es lo mismo, a pesar que es por el terminal de placa del vehículo, las personas se van con dos días de antelación para poder garantizar uno de los primeros números de la cola, el detalle está en que a veces pierden todo ese tiempo porque la gandola no llega a la estación de servicio.

Marcos Hernández, sociólogo, dijo a través de una entrevista que ese mismo panorama se veía hace unos 4 años cuando las personas tenían que hacer colas para adquirir productos de primera necesidad «producto de las políticas del Gobierno que no han sido efectivas», para mantener un orden social. Hoy se ven reflejados en colas para servicios como gasolina, gasoil, gas natural para vehículo y cualquier trámite de documentos.

«A mí no me gusta que uno tenga que hacer colas para surtir gas», dijo Miguel Alvarado, asegurando que ellos como transportistas se ven afectados por todo el caos que hay y le exigen a la Gobernación de Lara que dé una solución

Las personas añaden que eso también se ve reflejado en el sistema de salud, donde ir a un ambulatorio o cualquier hospital público, también requiere de caos y colas. Asdrúbal Álvarez, consultado por LA PRENSA, dijo que eso también se traduce a la violación de derechos humanos de las personas, porque están siendo sometidas a largas colas y esperas para realizar cualquier trámite.

Protestas
Ante el colapso, las personas se han molestado y han salido a las calles a protestar y denunciar, en especial quienes pernoctan en las colas de gasolina y gasoil, y luego de pasar horas los rechazan y no les surten. En el Saime la gente también se ha molestado por la lentitud del proceso.

Con información de La Prensa de Lara

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