Mientras la Organización Mundial de Trabajo (OIT) estima que se perderán más de 200 millones de empleos en el mundo, las naciones han establecido medidas para favorecer a empresas y trabajadores.

Lejos de este esquema, Venezuela sucumbe ante la paralización del sector productivo, marcado por la crisis de energía eléctrica, gas y gasolina, escaso financiamiento bancario, alta voracidad fiscal y tributaria, descontrol cambiario, encarecimiento de la materia prima y desigual competencia entre la importación de bienes y productos nacionales, en un contexto agravado por el estado de alarma impuesto por el COVID-19.

De ser uno de los parques industriales más importantes de la nación, en Guayana (Bolívar), 90% de la actividad económica está paralizada actualmente, por no encontrarse dentro de los servicios priorizados.

70% de las empresas han cerrado en Guayana

En Guayana los trabajadores están paralizados por la escasez de gasolina. A esto se le suma que las empresas ya venían en franco descenso. Solo estaban operando al 15% de su capacidad instalada. Esta información fue expuesta en el webinar por el presidente de Camindustria.

La escasez de combustible pone más tensa la situación al imposibilitar el traslado de los trabajadores desde sus hogares hasta las industrias; así como la movilización de las materias primas para producir y la distribución de los bienes terminados hasta los clientes y consumidores, lo que rompe las cadenas de suministros.

Según Bruzual, este escenario se ha agravado por la caída de la demanda de bienes y servicios, las condiciones adversas de contratación, la crisis energética y de combustible, el escaso acceso a créditos e inversión, las políticas tributarias, el alto incentivo a la importación de bienes terminados por estar exonerados de impuestos, entre otros.

“Esto ha hecho prácticamente imposible mantener las operaciones, conllevando al cierre de 70% de las empresas, con las correspondientes pérdidas de empleos directos e indirectos”, explicó titular de Camindustria.

Las políticas en materia laboral presentes en el ordenamiento jurídico venezolano, como la inamovilidad laboral total y demás decretos, han ido en detrimento de propiciar mejores condiciones contractuales que beneficien a los trabajadores y sus familias.

Sueldos por encima del mínimo legal

Sin embargo, para mantener abiertas las empresas y a pesar de la muy baja producción, los empleadores cancelan sueldos y salarios por encima de lo establecido en la ley, con bonificaciones calculadas en moneda dura, para ayudar al personal a sobrellevar esta profunda crisis socioeconómica.

“Mientras cumplimos con el distanciamiento social por el coronavirus, todas nuestras empresas están cancelando salarios, sueldos y bonificaciones acordadas con el personal en casa y, en algunos casos, realizando algunas actividades con ingresos extras, siguiendo el protocolo de protección adecuado”, puntualizó Bruzual.

Bruzual resaltó que se requiere con urgencia se propicien condiciones y políticas socioeconómicas, que de manera eficiente resuelvan las verdaderas causas de la problemática actual de la economía nacional y mejoren la calidad de vida, los salarios, las nuevas oportunidades de empleo y la generación de confianza para atraer las inversiones necesarias, a fin de impulsar el aparato productivo de Venezuela.

Venezuela enfrenta una situación inédita 

El abogado Luis Arturo Núñez resaltó que el “nuevo orden mundial” ha estimulado la toma de decisiones y medidas para favorecer a las empresas y sus trabajadores, como flexibilizar las políticas fiscales, otorgar financiamientos, fijar protocolos de seguridad y establecer un diálogo social.

“Esto no ha ocurrido en Venezuela, que vive una situación inédita y compleja. La cuarentena productiva está impactando al sector laboral, con repercusiones mucho más agudas en los sectores hotelero, restaurantes, automotriz, comercio e inmobiliario, que son los más golpeados”, expresó Núñez.

El titular de Camcaroní recalcó que el país no cuenta con las herramientas ni recursos para salir adelante por sí sola de esta crisis.

“Resulta necesario que desde Fedecámaras Caracas -junto a todos los sectores empresariales- se realicen planteamientos al gobierno para buscar las soluciones, que pasan por auxilios financieros, inversión de capital y hasta un acuerdo político”, respaldó.

Asimismo, indicó que la pandemia amerita la creación de nuevos modelos de negocios, que permitan el rescate de las empresas y salvar los puestos de trabajo.

“Esto va a requerir el dominio de nuevos oficios, ya que muy probablemente ocurra una migración laboral importante entre sectores, en la búsqueda de nuevos empleos, con una tendencia marcada hacia el teletrabajo, para lo cual tenemos que prepararnos”.

Núñez informó que la dirigencia empresarial del país viene trabajando en un amplio análisis y diagnóstico de todas las empresas, para conocer la situación con mayor detalle y elaborar un plan que permita la reactivación económica del sector.

Con información de Efecto Cocuyo

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