Unas 800 familias en La Vega reciben gas doméstico a través del concejo comunal. Hasta hace unos meses el despacho era semanal, ahora cada tres semanas
A los sectores San Miguel y antigua Fábrica de Cemento de La Vega comenzó a fallar el gas en septiembre de 2020. Esto está generando mucha angustia en las amas de casa de la comunidad: la crisis que vienen denunciando desde hace más de un año habitantes de la provincia, en especial las localidades fronterizas de Táchira –donde hay sectores que suman más de 18 meses sin el combustible–, la sienten cerca.
En agosto, el déficit de gas en bombonas en el país rondaba el 70%. El gas doméstico es otro de los servicios públicos que ha empeorado en Venezuela, dada la crisis económica y la debacle de la industria petrolera. La caída de la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no solo afecta el suministro de gasolina, sino que también agrava el servicio de gas licuado de petróleo (GLP). De acuerdo a las cifras suministradas por la OPEP, las exportaciones de crudo del país cerraron junio en 335.000 barriles diarios (b/d), lo que significa una caída de 2,5 millones de b/d en los dos últimos años.
Tanto la escasez de gasolina como la de gas doméstico han liderado las protestas este año, hasta agosto se habían registrado 511 manifestaciones en todo el país por el desabastecimiento del combustible para cocinar. Una de las más recientes manifestaciones fue a 100 metros del Palacio de Miraflores: vecinos de Tinajitas, Caño Amarillo y Pagüita (Caracas) protestaron cerrando el paso de vehículos por la avenida Sucre de Catia, por ausencia de gas doméstico.
Unas 800 familias en La Vega reciben gas doméstico a través del concejo comunal. Hasta hace unos meses el despacho era semanal, “nos avisaban cuando iba a pasar el camión, se llevaba las bombonas en la mañana, nos entregaban un ticket y las regresaban en la tarde”, cuenta Dalia*, habitante de San Miguel de La Vega. Ahora deben esperar hasta tres semanas.
Las fallas en el servicio a hecho que Dalia, en algunas oportunidades, recurra a casa de alguno de sus vecinos para poder cocinar, otras veces ha tenido que comprar “por fuera. Entre 1 y 3 dólares piden por bombona”.
Esta situación le produce “tristeza y rabia”, para esta ama de casa, quien piensa que lo mínimo que debería garantizarles el gobierno es “el gas, la comida y el agua”. Este año en la parte alta de La Vega llegaron a pasar hasta ocho meses sin agua.
En la zona también se ha establecido el préstamo de bombonas como paliativo de la situación. A esto ha recurrido Mary*, habitante de Fuerza y Lucha de la antigua Fábrica de Cemento, “las veces que me he quedado sin gas pido una bombona prestada”, explica. La renta de bombonas es otra opción, en Caracas.
En el interior del país, donde las fallas del servicio tienen más tiempo, muchos han tenido que recurrir a improvisar fogones y a la compra o búsqueda de leña para cocinar, esto por razones económicas y/o por los prolongados cortes eléctricos que padecen zonas de Táchira, Lara, Falcón o Zulia. En varios estados la venta de leña se ha institucionalizado e incluso aupado por mandatarios regionales, trayendo como consecuencia enfermedades respiratoria y la desforestación de parques nacionales.
Caracas no es la excepción, en menor medida, pero el uso de leña para cocinar no es ajeno en barrios de Petare, Catia y El Junquito.
En El Valle pagan $2
En los Jardines del Valle, Caracas, los problemas relacionados con el gas son de otro tipo. La bombona cuesta $2, y a veces tienen fallas. El pasado 29 de noviembre, vecinos protestaron porque les trajeron las bombonas pequeñas vacías.
Con información de Tal Cual