En los estados Guárico, Portuguesa y Zulia, las personas con insuficiencia renal cada vez se dializan con menos frecuencia. Sus horas de diálisis se han reducido como consecuencia de la paralización de las máquinas que se encargan de limpiar su sangre y de las fallas en los servicios públicos.
En la unidad de diálisis que funciona en las instalaciones del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) en San Juan de Los Morros, Guárico, hay diez sillas para terapia sustitutiva renal, pero solo cinco funcionan. Un total de 28 personas debería dializarse tres veces a la semana, en sesiones de cuatro horas por día, pero esas 12 horas comenzaron a disminuir con la paralización de las máquinas de hemodiálisis.
«Las otras cinco unidades están dañadas desde hace casi un año. Se mermó la mitad de los cupos disponibles de hemodiálisis y el personal tuvo que hacer un cronograma de emergencia para poder dializar a las personas», expresó Alfredo Cásseres, coordinador de Amigos Trasplantados de Venezuela y Codevida en los estados Guárico y Carabobo.
«Las personas solo se están dializando dos veces a la semana. Que un paciente se dialice un viernes y vuelva a dializarse el martes, en lugar de hacerlo el lunes, es grave porque acumula muchas toxinas.
De acuerdo con Amigos Trasplantados de Venezuela, en el municipio Juan Germán Roscio del estado Guárico solo quedan nueve cupos de diálisis. «Más de diez máquinas se han averiado en las otras unidades. Además de las cinco del Seguro Social, solo están activas otras cuatro más», dijo el representante de la organización en la entidad.
En el estado Zulia, la persistencia de los problemas en los servicios de luz y de agua agravó la situación de los pacientes, que también han protestado en septiembre. «Hay máquinas paralizadas y dan menos horas de diálisis. Restan tiempo a los pacientes. En lugar de cuatro horas de diálisis, les dan dos horas y media», expresó Reymer Villamizar, fundador de Amigos Trasplantados de Venezuela.
En Acarigua, estado Portuguesa, la unidad extrahospitalaria de diálisis Portuguesa tiene siete máquinas inoperativas. Según Amigos Trasplantados de Venezuela, la unidad del hospital de Guanare cerró y todos los pacientes renales fueron migrados a la unidad Portuguesa, donde las enfermeras redoblan sus turnos para seguir aplicando tratamientos.
«La mayoría de las unidades de diálisis en el país tiene cementerios de máquinas. Están paradas por falta de repuestos. Cada día son menos las unidades operativas y aumentan las personas que solicitan entrar a las unidades», dijo Villamizar.
La situación se repite en el oriente del país. En el hospital universitario doctor Manuel Núñez Tovar de Maturín, estado Monagas, solo cuatro máquinas funcionan de un total de 12. Durante varias semanas, únicamente dos estuvieron activas, hasta que enviaron técnicos para reparar dos más.
«Son equipos que tienen más de 12 años y necesitan mantenimiento. Podemos atender solo a 19 pacientes más las emergencias que se presenten», dijo Carlos Márquez, nefrólogo del hospital y presidente de la Sociedad Venezolana de Nefrología (SVN).
Por falta de espacio y paralización de las máquinas en el hospital universitario de Maturín, han tenido que referir a los pacientes a otras unidades de diálisis en el estado.
En el estado Lara, el déficit de máquinas e insumos y la disminución de las horas de diálisis también persisten. «El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales está enviando insumos una vez a la semana. En algunos sitios llegan, pero en otros no, y hay muchos kits de diálisis incompletos», dijo Reymer Villamizar.
Con información de Efecto Cocuyo.