Hace 10 años el sector privado construía anualmente 80.000 viviendas en todo el país, desde 2016 no llegan a las 1000, lo que representa una disminución de 99 %. La Cámara Inmobiliaria de Venezuela (CIV) asegura que la situación no puede empeorar más. Su presidente, Carlos Alberto González, recuerda que hace tres años ya “tocaban piso”. Controles, falta de confianza de los inversionistas y la hiperinflación que golpea a la nación desde finales de 2017 son algunos de los problemas que enumeran.

“Esa cifra [80.000] correspondía al sector privado fundamentalmente, a partir de 2009 empezó a bajar, quizá hoy llegamos a las 500 o 1000 viviendas al año en todo el país, eso es prácticamente nada para el tamaño de Venezuela; 1000 viviendas era el número de un proyecto mediano, también había proyectos más grandes de unas 5000”, explica González.

El costo de producción de una vivienda depende de varios factores explica el vocero, sin embargo, estima que por metro cuadrado en obra gris se ubique en $600, mientras que serían $300 en una vivienda usada, también por metro cuadrado. Refiere que debido a la migración de venezolanos en los últimos años, la oferta aumentó y disminuyó la demanda, lo que hace que los precios de las viviendas usadas hayan bajado y sean más atractivos que un inmueble nuevo.

El presidente de la asociación indica que actualmente muy pocos pueden comprar un inmueble nuevo en Venezuela, motivado a que las operaciones se realizan de contado. En ese sentido, añade que solo aquellos que tienen ahorros fuera del país, y que están dispuestos a traerlos para invertir, los adquieren.

Los proyectos habitacionales que sobreviven “son muy pequeños” advierte González, al tiempo que añade que en algunas zonas de Caracas hay planes pequeños de cuatro pisos.

Materias primas e impuestos a grandes patrimonios

La normativa de impuesto a los grandes patrimonios, creada por la Asamblea Nacional Constituyente en julio de este año, afecta al sector inmobiliario, asegura el representante gremial. Explica que algunos activos valiosos para las constructoras son los terrenos y estos estarían sujetos a pagar ese impuesto.

El mayor proveedor de materias primas relacionadas con materiales ferrosos era la Siderúrgica del Orinoco, mejor conocida como Sidor, sin embargo, esta se encuentra paralizada desde hace dos años, lo que llevó al gremio a abastecerse con una pequeña empresa ubicada en Lagunillas, estado Zulia.

Las cementeras que fueron expropiadas y que les vendían materiales disminuyeron su producción, cuenta el presidente de la CIV, no obstante, agrega que como el número de obras que se construyen es tan reducido por ahora eso no es un problema. “Hay materiales eléctricos que se están trayendo importados, bombas, revestimiento, vidrio para oficinas, porque la producción local ha bajado muchísimo”.

Con información de Crónica Uno

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