Los cortes eléctricos están de vuelta en el Zulia, en lo que va de año más de seis municipios ya suman al menos dos apagones generales de hasta 20 horas. Machiques, Cabimas, Sur del Lago, Maracaibo, San Francisco, La Concepción, La Cañada de Urdaneta, Mara y Guajira son los más afectados. 

El pasado viernes 3 de abril los zulianos vivieron «un maratónico día»: a las 4 de la madrugada el sueño de muchos se interrumpió por el calor, se fue la luz. Los «privilegiados» pasaron 14 horas sin luz, mientras que para las zonas más rurales, el apagón duró entre 20 y 25 horas. 

En rueda de prensa, Lisandro Cabello, secretario de gobierno, dijo que la falla se había originado en la subestación El Tablazo, debido al «polvo y la humedad» e informó que se iniciarían labores de mantenimiento.

Horas largas 

Roberto y María Rosa Villalobos son una pareja de la tercera edad, habitantes de la urbanización San Jacinto. «Cuando se va la luz pasamos las horas mirándonos las caras, porque nos da miedo salir por el coronavirus. Dormimos en el patio en hamacas, pero el calor no se aguanta, lo único bueno es que está llegando agua por gravedad».

La pareja recalcó que compran lo necesario debido a las variaciones de voltaje. «Ya se nos dañó la nevera el año pasado por los bajones, entonces compramos lo necesario. No se puede tener comida porque corremos el riesgo de que se dañe».

Martha Asuaje, una ama de casa, dijo que recurre a meter a su bebé de dos años en una bañera cuando la temperatura sube en la capital zuliana. «Mi bebé no deja de llorar cada vez que se va la luz, por eso lo meto en una bañera cuando aprieta el calor, ya tiene todo el cuello irritado de tantas horas sin luz».

Luis García, habitante del sector Haticos, en el centro de Maracaibo, recalcó: «Es mentira que no hay racionamientos. Para el Gobierno siempre hay una excusa, en esta zona se va la luz ocho horas diarias y los bajones son hasta ocho. Tampoco hay agua, nos tienen castigados. Tengo una bomba y si llega el agua no puedo llenar el tanque porque no hay luz y me toca llenarlo a punta de baldes». 

Uno de los sectores más golpeados por la crisis eléctrica en la región ha sido el de los comerciantes informales. En meses pasados lograron sobrevivir gracias a las plantas eléctricas que cada uno adquirió para hacer frente a las fallas eléctricas, sin embargo, en este tiempo de cuarentena la situación es más crítica. A la reducción de horarios y días de venta en los establecimientos de los principales mercados populares de la ciudad se suma la falta de combustible.

Para él la falta de combustible llevará a la quiebra a varios comerciantes. «No podemos ir a comprar comida para surtir, la frontera está cerrada, no salimos de un apagón, esto va a acabar con el comerciante. Ahora que el Gobierno debería garantizar todos los servicios públicos por la cuarentena, estamos peor».

Con información de Crónica Uno

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