Más de 200 años de investigación en el área botánica están en peligro de perderse con las precariedades que atraviesa el Jardín Botánico. Así lo alertó Yaroslavi Espinoza, jefa del centro de investigación y desarrollo del Instituto Experimental Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela.

“Es un conjunto de historia, conocimiento y educación en riesgo. Aquí hay muestras botánicas que datan de 1804, de investigaciones de Alejandro Humboldt y Aimé Bonpland. Más de 200 años de botánica en Venezuela en peligro de desaparecer”, expresó Espinoza.

En las instalaciones del Instituto Experimental Jardín Botánico Dr. Tobías Lasser, que es patrimonio de la humanidad, también se encuentran la Biblioteca Henri Pittier y el Herbario Nacional. Sin embargo, por la falta de cuidados adecuados, producto de la falta de insumos y agua, se ha perdido la mitad de las especies que habían en el Jardín.

“Hemos perdido alrededor de 50% de las especies, eran más de dos mil especies en plantan vivas. Hemos perdido mucho. El déficit inició en 2013, pero no estábamos tan críticos”, indicó la investigadora, que tiene 20 años trabajando en en el lugar.

Al principio fueron las plagas que comenzaron a carcomer la vegetación. Luego la falta de materiales y la escasez de agua. Después vino una ola de robos en las instalaciones que terminaron por devastarlo.

Actualmente restan alrededor de 1500 especies en las 70 hectáreas de jardín, de las cuales solo 10 son de acceso al público. Y existe un grupo de especies que aún están en riesgo de perderse.

Espinoza indicó que estas especies son: la Victoria Amazónica (acuática), Palmas especie de Savales, arecas, syagrus, ninfas (acuática), orquídeas y bromelias.

“Todas tienen gran valor. Cada planta y cada especie tiene una historia. Muchas son de otros países que nos donaron o de intercambios; tenemos plantas de todos los continentes, cada especie para nosotros es valiosa”, manifestó.

La investigadora hizo énfasis en que las especies más susceptibles son las acuáticas, porque al vaciarse los albergues, por la falta de agua, llegan al piso y mueren. Además, subrayó que las palmas también requieren gran cantidad de agua para su cuidado.

“Un grupo de especialistas y voluntarios nos han venido a ayudar. Las acuáticas se han llevado a otros lugares y la sociedad de coleccionistas de orquídeas han resguardado especies. Las que pueden se trasladan para hacerles mantenimiento”.

El Jardín Botánico es el segundo pulmón de la capital, después del Parque Nacional El Ávila. La especialista expresó que “es una representación de nuestra diversidad nacional. Esto representa conocimiento, educación en el área de biología. Preparamos estudiantes”.

Con información de Efecto Cocuyo

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