La ausencia de productos de primera necesidad comenzó a notarse en los anaquelos de los supermercados en los dos primeros días del 2018. Representantes del sector económico y algunos expertos en economía desde ya prevén que habrá una “profundización del desabastecimiento”, a diferencia de años anteriores, por la falta de producción nacional.
Ya la presidenta de Consecomercio, María Carolina Uzcátegui, lo advertía al cierre del 2017, cuando criticó los controles que el Gobierno puso a los comerciantes nacionales, sin tomar en cuenta los costos de producción o de reposición lo que, a su juicio, “ha hecho que también muchos de estos empresarios sientan que ya no tienen capacidad para volver a abrir sus santamarías”.
Para el economista Francisco Faraco, la situación de carestía de alimentos empeorará hasta alcanzar niveles nunca antes vistos en el país debido a que el Ejecutivo no da muestras de rectificar la política económica que ha desarrollado en estos últimos cuatro años y en los que la crisis se ha agudizado.
“El desabastecimiento es consecuencia de un modelo que se articuló bajo la creencia de que la capacidad de que la importación en Venezuela iba a crecer sostenidamente, pero al caerse la capacidad de importación, se dedicaron fue a cerrar fábricas y expropiar empresas, etc, lo que destruyó la capacidad productiva interna. Y al no poder abastecerse del exterior se hizo evidente que la capacidad interna es muy baja para cubrir la demanda”, explicó.
Para Faraco, el 2018 se traerá “más anaqueles vacios, más bolsillos destrozados y más gente pasando trabajo horrible” y asomó que otro factor podría empeorar la situación: “el hampa también podría recrudecer como consecuencia directa del desabastecimiento, porque al venezolano le gusta siempre ir por la vía fácil, y la vía fácil en este caso es el robo”, apuntó.
El profesor universitario y economista, Héctor Valecillos, al igual que Faraco, también cree que la situación podrá empeorar.
Considera que la expansión de los sectores productivos privados no ha sido estimulada por el Gobierno, y mientras esto no ocurra la oferta de bienes y servicios estará reducida, haciéndose evidente el desabastecimiento.
“La contracción del sector privado, asegura Valecillos, ha empeorado aún más al ser paralizada la entrega de divisas para la compra de materias primas”.
Publicado por Panorama
04/01/2018