A un mes de las protestas del sector salud en el marco del paro indefinido para exigir al Gobierno un aumento de salario, el silencio de las autoridades reina y a la par, las necesidades de los trabajadores se deja entrever. Enfermeras que no les alcanza para costear sus pasajes y mucho menos para comprar uniformes e ir a trabajar.
Uno de los dramas comunes de quienes se dedican a dar vida es ver como sus uniformes de trabajo se van deteriorando y no poder cambiarlos; los zapatos rotos por ejemplo, se han convertido en el común denominador de este sector.
Delia Alejo es enfermera de la Maternidad Santa Ana, desde hace días dejó sus zapatos a un lado para utilizar en sus pies unas cajas de productos Clap. “Esto ha sido lo único que nos ha mandado el presidente y el ministro, una caja de Clap y a la larga si no nos aumentan el sueldo esto será lo que use como zapatos, estos cartones”, expresó.
Como ella, son muchas las profesionales de la salud que viven este mismo escenario; y a su vez, pasan las penurias diarias del transporte: no tienen efectivo, les toca caminar largos kilómetros hasta sus casas o esperar varias horas hasta que pase algún transporte y los traslade.
A las afueras de la Conferencia Episcopal Venezolana enviaron un mensaje a la Iglesia, “cardenal, escucha, únete a la lucha”, era la consigna que se escuchaba en la sede al momento de entregar un documento donde además, solicitaron la apertura de un canal humanitario para recibir insumos y medicamentos para los pacientes que están a la espera de tratamiento.
Con información de Caraota Digital