“¿Quién cuida al cuidador?”, se preguntó Maritza Moreno, presidenta del colegio de enfermeras del municipio Caroní, en Bolívar. La dirigente gremial hace referencia a que los trabajadores no tienen quien cuide de ellos, mientras intentan salvar vidas humanas en los precarios hospitales del sur de Venezuela. Una tarea nada fácil en un país sin insumos médicos y con una crisis humanitaria compleja.

En ese contexto, asegura Moreno, los trabajadores están enfermando en los centros de salud por la peligrosa situación sanitaria a la que se exponen. Dijo que en ocasiones no tienen ni agua para lavarse las manos, mucho menos una cama donde dormir. “Sobre todo en el pequeño espacio que fue habilitado para pediatría, porque no hay agua, no hay aire, y uno pasa toda la noche corriendo de un lado a otro para poder ayudar a los pacientes que amanezcan con vida”, enfatizó.

La enfermera Fanny Cordero, de 49 años y con 32 de servicio, cubrió una guardia de 12 horas continuas y, cuando intentó irse a casa, no pudo ni subirse a su vehículo, pues presentó debilidad en brazos y piernas. “Vino su esposo, y la llevó a su casa, pero la tuvieron que traer de emergencia porque perdió el conocimiento y ahorita la tenemos en el hospital esperando por una cama para terapia intensiva”, declaró la vocera de las trabajadoras de la salud, quien alertó que la complicación guarda relación con la extensa guardia y las condiciones del centro asistencial.

Advirtió que si no consiguen ingresarla a una terapia intensiva cuando antes, podría perder la vida. “Y nuestro salario no nos alcanza para pagar una terapia intensiva privada que está en 10 millones de bolívares diarios, es que ni para comprar los medicamentos tenemos dinero”, detalló.

Aseguró que las áreas del hospital están contaminadas y ahora todos corren peligro: los pacientes y las enfermeras. Sostuvo que ni el Ministerio de Salud ni la dirección del hospital hacen algo para dar solución.

Con información de El Pitazo

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