La lista de los trabajadores de la salud muertos por el virus se acerca a los 60 casos. Además, hay tres casos que este fin de semana la organización no gubernamental Médicos Unidos de Venezuela estaba confirmando, correspondientes a un otorrinolaringólogo de Anzoátegui, una investigadora y un jefe de seguridad de una clínica privada en Caracas. En lo que va de mes suman 19 los decesos en todo el país.
Caracas. Ya suman casi 60 trabajadores de la salud fallecidos a causa de los estragos de la COVID-19. De ese total, 46 eran médicos, que en promedio tenían entre 40 y 50 años de edad. En lo que va de mes se cuentan 19 en todo el país.
Entre las víctimas más jóvenes están la doctora María Virgina Ramírez Vásquez, de 27 años, quien tuvo un embarazo complicado con hipertensión arterial, le hicieron cesárea el pasado 18 de julio, la internaron en la UCI de la Clínica La Familia de Punto Fijo con problemas respiratorios, y murió el 2 de agosto.
Su diagnóstico post mortem fue infección de COVID-19, neumonía bilateral a focos múltiples y postoperatorio de cesárea.
Estas muertes vienen ocurriendo desde el 16 de junio, cuando falleció Samuel Viloria, quien fuera exdirector de dos hospitales en Maracaibo, docente y epidemiólogo de carrera.
Su deceso –que fue confirmado por las autoridades regionales, léase el gobernador Omar Pietro y el Colegio de Médicos del Zulia– nunca fue incluido en la data oficial.
La organización no gubernamental Médicos Unidos de Venezuela, MUV, para el 7 de agosto daba el reporte de 58 trabajadores de la salud muertos por el virus.
Además, hay tres que este fin de semana la organización no gubernamental Médicos Unidos de Venezuela estaba confirmando, correspondientes a un otorrinolaringólogo de Anzoátegui, una investigadora y un jefe de seguridad de una clínica privada en Caracas.
José Manuel Olivares, diputado a la Asamblea Nacional y médico oncólogo, en su boletín semanal, destacó que estas defunciones corresponden a 26 % de mortalidad, y la causa principal es que no tienen equipos de protección, no tienen agua en los hospitales.
El promedio que ofreció en el Boletín de la Verdad es que mueren al día tres trabajadores de la salud y que hay varios casos graves en hospitales como el Luis Razetti de Anzoátegui.
A eso se suman cinco residentes que están contagiados en el J. M. de los Ríos, otros 13 del hospital Vargas, casi todos médicos; 80 del sector enfermería solo en Caracas; en El Llanito seis trabajadores de triaje están en aislamiento; tres médicos y una enfermera positivas en el hospital Central de San Cristóbal, algunos entre los 40 y los 50 años de edad.
Aunado al hecho de que persisten las fallas en la entrega de equipos de bioseguridad en casi todos los centros de salud y de que cada vez más se nota la ausencia del personal médico, precisamente porque no hay protocolos de prevención ante el virus.
En la actualidad, dijo el diputado, 62 % de las terapias intensivas están ocupadas; en el suroriente del país no hay pruebas rápidas; en Caracas hay una ocupación hospitalaria casi total: Vargas 100 %, Universitario 85 %, Magallanes de Catia 88 %, Pérez Carreño 100 %, Pérez de León 89 %, Victorino Santaella 77 % y Domingo Luciani de El Llanito 100 %.
El dato
Habló de la cifra de fallecidos: de acuerdo con el monitoreo de la comisión de salud, 439 venezolanos han perdido la vida, una tasa de mortalidad de 1,7 por cada 100 fallecidos, la más alta de la región, insistió.
Con la ocupación sanitaria en este nivel, con los contagios en el personal de salud y la ocurrencia de muertes, disminuye la capacidad de atención en centros como, por ejemplo, el Pérez Carreño, donde se informa que hay 120 casos positivos; en El Llanito, donde están recluidos 149 pacientes, 11 de ellos pediátricos, o en Lídice, donde hay 58.
Además de las muertes en el país, fuera de nuestras fronteras se tiene el registro de 10 médicos venezolanos víctimas de la COVID-19.
De los casi 60 trabajadores muertos, nueve son del sector enfermería, hay un instrumentista de pabellón, un administrador, un biométrico y un vigilante.
Zulia es el estado con más registros. Sin embargo, los casos positivos y los registros de defunciones se riegan en Táchira, Bolívar, Falcón, Lara, Distrito Capital y Aragua, precisamente donde pereció el doctor Anselmo Rosales, infectólogo, pionero en la atención del VIH-sida.
El país ha perdido en menos de dos meses epidemiólogos, pediatras, traumatólogos, ginecólogos, nefrólogos, médicos internistas, oftalmólogos, neumólogos. Muchos en edades entre los 45 y 50 años, de los cuales en los reportes oficiales de la Comisión Presidencial para la COVID-19 no se habla. Tampoco aparecen reseñados en el portal del Ministerio de Salud.
Con información de Crónica Uno