Las interrupciones del servicio de electricidad por fallas y racionamientos en los primeros tres meses ascendieron a 8.250, equivalentes a 63,6% de 12.966 registradas en 2015, según un estudio del Comité de Afectados por Apagones sobre la situación del sector eléctrico.

De acuerdo con el informe, el estado al que más se le fue la luz entre enero y marzo pasados fue Zulia con 1.600 interrupciones, seguido de Amazonas y Anzoátegui con 1.450 y 1.299, respectivamente. Miranda, Nueva Esparta, Barinas, Guárico y Aragua registraron 450, 404, 350, 340 y 333 cortes, respectivamente.

En el orden de ocurrencia siguen Bolívar, Sucre, Apure, Portuguesa, Lara, Cojedes y Táchira con 260, 250, 210, 150, 128, 122 y 120 interrupciones del suministro de energía. Vargas y Yaracuy registraron 60 cortes de luz, cada uno, mientras que en Mérida, Trujillo y Delta Amacuro ocurrieron 50, cada uno. El estudio revela que el interior del país fue el más castigado con las interrupciones, pues el Distrito Capital mostró la cifra más baja: 32.

“La crisis eléctrica ha incrementado los cortes de energía de forma exponencial, y con el plan de racionamiento anunciado oficialmente por el ministro Luis Motta Domínguez esa situación se profundiza cada día perjudicando a los usuarios”, manifestó Aíxa López, coordinadora del comité, en la sede del Ministerio de Energía Eléctrica en San Bernardino, Caracas.

Refirió que ve “muy oscuro el panorama eléctrico del país”, ya que la cota de Guri se acerca al nivel crítico de 240 metros. En ese nivel quedaría fuera de servicio la mayoría de las turbinas de la sala de máquinas 2. “Si se alcanza el nivel de 239 metros toda esa sala se paralizará, lo que significa 5.000 megavatios menos que ingresarían en el sistema eléctrico nacional. (…) Eso implica que el racionamiento o plan nacional de carga, como lo llaman las autoridades eléctricas, pasará de 4 a 8 horas diarias en mayo, en lo que los usuarios pierden su calidad de vida al tener que reorganizar al máximo el uso de la electricidad en el hogar”, destacó López.

Impacto de los cortes. El comité entregó el martes una carta-exhorto dirigida al ministro Motta Domínguez, en la cual le solicitan una audiencia para que les explique en detalle el plan de ahorro eléctrico y el estado de las plantas termoeléctricas con la finalidad de conocer “cuántos megavatios están disponibles ahora y cuántos se pueden incorporar de manera confiable e inmediatamente para afrontar la crisis”.

“En los hospitales las plantas eléctricas de emergencia no funcionan por falta de mantenimiento, debido a la crisis de la salud, por lo que los pacientes de esas instalaciones son impactados por los cortes de luz”, expresó la diputada Oneida Guaipe.

La parlamentaria aseguró que por lo prolongado del período de racionamiento (en principio 40 días que se pueden prolongar si no llueve pronto) lo más seguro es que los aparatos se dañen. Agregó que los costos de los condominios se disparan con las tarjetas electrónicas dañadas de los ascensores y bombas de agua ya afectadas por la suspensión del servicio de agua.

Guaipe explicó que para proteger a los usuarios, la Asamblea Nacional aprobará la ley que obliga a Corpoelec a indemnizar por el daño a los electrodomésticos como consecuencia de los cortes de luz.

La Cifra

12.966 interrupciones hubo en 2015, mientras que entre enero y marzo de este año ocurrieron 8.250, según un estudio del Comité de Afectados por Apagones

Aún en temporada de lluvias

El ingeniero eléctrico Winston Cabas, presidente de la Comisión de Electricidad del Colegio de Ingenieros, aseguró en Unión Radio que las repercusiones en las turbinas y la infraestructura de las plantas eléctricas de Guri afectarán sus operaciones, incluso luego de que empiece la temporada de lluvias.

Cuestionó las medidas del ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, quien no aceptó las sugerencias de los expertos y decidió efectuar medidas como el dragado del embalse, que hasta ahora no sirvieron para mejorar el problema.

Informó que es riesgoso operar con una cota de agua que hasta el jueves era extraoficialmente de 241 metros sobre el nivel del mar. “De seguir operando a esa cota, las turbinas toman burbujas de aire y empiezan a vibrar, esto forma un proceso que se llama cavitación. A este le suceden explosiones que dañan las turbinas y se traducen en reparaciones que tendrán un costo elevado”.

Fuente: EL NACIONAL

Fecha: 30/04/16

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