Las epidemias azotan a las poblaciones indígenas. En su último reporte, con fecha del 24 de octubre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó sobre el devastador paso del sarampión en las comunidades indígenas de Venezuela, cuyo saldo de fallecidos aún sigue siendo impreciso.

La OPS señala que entre enero y septiembre de 2018 unos 516 indígenas se infectaron con sarampión en las poblaciones ubicadas en Amazonas, Delta Amacuro y Monagas. El organismo regional detalla que las etnias más afectadas por la enfermedad reemergente son los warao, con 37 defunciones, y los sanema, con 27.

No obstante, organizaciones locales tienen registros más alarmantes. El observatorio indígena Kapé Kapé, que cuenta con investigadores en el sitio, advirtió que entre la última semana de diciembre de 2017 y septiembre de 2018 se contabilizaron 71 muertos en Amazonas y 53 en Delta Amacuro.

Autoridades locales de Mariusa, una localidad cercana a Tucupita, precisaron que 28 de los fallecimientos en Delta Amacuro corresponden a niños indígenas de esa zona, cuyas edades oscilan entre los 0 y los 12 años.

Pese a que Kapé Kapé ha registrado 124 muertes en total y la OPS 64, el organismo regional indicó en su informe que “actualmente se encuentran en investigación otras muertes pertenecientes a estas comunidades indígenas“.

La epidemia de sarampión no es la única que ha afectado a los pueblos autóctonos. El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) ha cobrado la vida de varios waraos. En 2017, según datos oficiales, murieron siete indígenas de esta etnia en Delta Amacuro por la falta de tratamiento. No hay data oficial correspondiente a 2018.

Kapé Kapé también ha denunciado que las comunidades indígenas están azotadas por la malaria. En un reporte divulgado por el observatorio indígena, se especifica que la data oficial de la Dirección de Salud Ambiental del Ministerio de Salud confirmó 797 casos de malaria en el municipio Manapiare (Amazonas) solo durante el primer trimestre de 2018.

Durante ese mismo período también se confirmaron 4.562 casos de esta enfermedad en el municipio Atures, en la entidad amazonense.

“Todas estas cifras corresponden sólo a la población indígena, siendo los pueblos indígenas más afectados o con mayor incidencia de malaria el Wottoja, Jivi y Curripaco (todos en Amazonas)”, reza el informe de Kapé Kapé.

El fallecimiento más reciente denunciado por el observatorio indígena corresponde al de un adolescente de 13 años que murió en la localidad de Las Pavas en el Alto Caura (Bolívar) el pasado 16 de julio. Sus familiares buscaron los antimaláricos fuera de la comunidad, pero no lograron conseguir el tratamiento necesario.

El observatorio indígena insiste que no solo las epidemias de malaria, sarampión y VIH se instalaron en las comunidades, sino también las enfermedades respiratorias, la tuberculosis (enfermedad oportunista que aparece por el virus de inmunodeficiencia humana), los cuadros diarreicos y la desnutrición.

Otro problema que preocupa a la asociación civil es la muerte de los más pequeños. En el caso de los yanomami, la mortalidad infantil es de 164,7 por cada mil nacidos vivos, 10 veces superior al promedio nacional, alerta el observatorio.

Con información de Efecto Cocuyo

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